La vuelta del rey emérito, un regalo para los republicanos jaleado por la derecha española

La discreción que ha adoptado la Casa Real con la llegada del rey emérito confirma que su llegada no beneficia a la imagen de Felipe VI y que la estrategia de Zarzuela parece que es la de intentar desvincularse para salvar la imagen de la monarquía española. Como ha explicado Infolibre, su llegada se ha producido «en mitad de una gran expectación y revuelo mediático, muy lejos de la deseada discreción de Zarzuela y Moncloa». La muestra es que el rey Juan Carlos no fue recibido con honores por la Casa Real. De hecho, el único miembro de la familia real que fue a recibirle fue la infanta Elena.

Además, la imagen de la llegada del rey Juan Carlos I da varias claves. Su llegada en soledad ha destapado la incomodidad de la Casa Real con la figura del rey emérito. Las privilegiadas condiciones en las que ha llegado (en avión de lujo y con planes de participar en una regata), aumentan la distancia entre la monarquía y la ciudadanía, echando por tierra los intentos de Felipe VI por salvar esa visión de la institución.

Sin embargo, la derecha española no ha entendido que la llegada del rey emérito perjudica a Felipe VI y ha torpedeado la estrategia de Zarzuela. Porque, mientras la Casa Real ha mantenido un perfil bajo con la vuelta de Juan Carlos I, la derecha española, creyendo que así defendían la monarquía, ha dado la bienvenida públicamente al rey emérito. Cuando lo que realmente estaban haciendo es un flaco favor a la estrategia de Casa Real y, con ello, a la monarquía española.

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