Cuenta Ramón Muñoz en EL PAIS que la agencia de detectives italiana Tomponzi Investigation publicó un estudio en el que se desvelaba que el 90% de las infidelidades se destapaban gracias a los rastros del teléfono móvil. Muñoz se refiere, probablemente, al estudio publicado en el año 2003, que fue recogido por la prensa internacional y que  no habrá hecho más que agravarse.  En China, añade Muñoz,  hace unos años, una película local titulada «El móvil» provocó inmensas peleas matrimoniales:

«La obra en clave de comedia hablaba de las infidelidades de un presentador de televisión al que, pese a su pericia, los mensajes y las llamadas continuas de sus amantes le acaban delatando.  El filme desató una verdadera pasión nacional por controlar lo que llegaba a los móviles de las matrimonios. «

La opción preferida por los adúlteros, dice EL PAIS, es tener un móvil alternativo al oficial, con tarjeta de prepago «y cuyo número e incluso su existencia sea un secreto celosamente guardado salvo para el affaire». Pues no hay que olvidar que según una encuesta del diario británico The Independent, el 72% de las mujeres casadas no tiene reparo moral en espiar los SMS de las parejas, y el 34% lo hace, -dice el periódico.

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