«Maltrato aquí, maltrato allá, maquíllate, maquíllate?.
Parece una broma, pero no lo es. No es para reírse. O?sí  Según dicen, la audiencia de ??Escenas de matrimonio? que diariamente emite Telecinco, es impresionante ¡¡¡Menores y mayores se tronchan de risa!!!
¡No me lo puedo creer! Pensaba que existía un criterio unánime en relación a la lucha por la mejora de las relaciones de pareja y, por tanto de la familia.  Por fin la mujer se iba a sentir protegida ante un ataque físico o verbal del ??machista? o ??chulito? de turno (frecuentemente asesino) para saciar su agresividad.  Campañas alucinantes en contra del maltrato a la mujer. Campañas de ayuda psíquica  a la mujer. Campañas de protección a la mujer. ?rdenes de alejamiento. Todo perfecto, lo que se tendría que haber hecho desde hace muchísimo tiempo porque, desgraciadamente, el maltrato existe desde siempre.
¿Pero de qué sirve todo esto, me pregunto (y espero que la inmensa mayoría de gente), si nos encontramos con unas representaciones como muestra de tres tipos de pareja, donde no hay tres palabras sin dos insultos; donde los gritos, los desprecios, las humillaciones son constantes? Pero ahí no acaba la cosa, porque hay incluso maltrato físico!! Dos bofetadas que propinaron las santas esposas a sus santos maridos en uno de los capítulos; y un intento de envenenamiento, de otra ??buena esposa? a su ??buen esposo?, echando lavavajillas en su comida; o poniéndole como cena la carne del perro. ¿ Esa es realmente la relación de pareja entre los españolitos. Esa es una muestra de cómo son realmente las relaciones? Pues debe ser así, cuando siempre la realidad supera la ficción. En ese caso, se debería de fomentar todo lo contrario; o simplemente impedir que existieran este tipo de emisiones, porque el ejemplo que se da es tan espantoso que  me pone los pelos de punta  pensar en el efecto negativo que puede ejercer en un adolescente sin criterio propio, que absorbe información como una esponja y que puede llegar a verlo como normal. ¿ Y las bofetadas de ellas a ellos. Qué me dicen? ¿Cómo la mujer exige respeto cuando ella es la primera que maltrata?
En fin, no hay por donde cogerlo ¿ De qué vamos? ¡A mí que me lo expliquen, por favor!»

Así me escribe María Lopez del Hierro ( «hierrito») y así lo he transcrito, porque comparto totalmente su opinión.
 El artículo 20.4 de nuestra Carta Magna  limita las libertades de expresión en cuanto al derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia. Sin embargo, al parecer el párrafo omite una salvedad: Se respetará todo eso siempre y cuando no vaya en detrimento económico del medio (hablando en plata, que » la pela, es la pela«) como, en realidad, se da en la práctica. O sea, querida Maria, que éste tipo de «creación» no parece que vulnere ningún derecho fundamental, ni que cruce la raya de la legalidad, simplemente porque ??Poderoso caballero es Don Dinero?.
En éste país, asuntos tan serios ( he dicho bien: «tan serios»)como el humor y la franqueza, se confunden con la zafiedad y la ofensa, y si en algún momento se intenta hacer entrar en razón sobre el tema es muy habitual escuchar como defensa, apropiándose de la cómoda frase : » España y yo, somos así«. ¡No señor, USTED será así! Si eso va implícito en nuestros colores  rojo y  gualda, yo Macarena Berlín, me quedo con los Kleenex que además de ser blancos, son de usar y tirar cuando no me gustan.

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