El ex ministro de exteriores español encabezará, a partir de enero un órgano de Naciones Unidas, al convertirse en el nuevo alto representante de la Alianza de Civilizaciones, sustituyendo al qatarí Nassir Abdulaziz al Nasser que ha estado cinco años en el cargo. El nombramiento de Miguel Ángel se anunciara en otoño, según asegura un artículo de Ignacio Cembrero en ElConfidencial.com que cita fuentes diplomáticas.

En enero de este 2018, cuando se empezó a especular sobre su candidatura para el cargo en la Alianza de Civilizaciones, Moratinos ya anunció que estaba «a disposición del secretario general de la ONU y del gobierno». Y de hecho el ex ministro socialista ha contado en este asunto con el apoyo y respaldo del ejecutivo de Mariano Rajoy y en concreto del embajador ante Naciones Unidas, Jorge Moragas. De hecho el gobierno español hizo en noviembre de 2017 una aportación de 200.000 euros a la Alianza de Civilizaciones.

Una vez nombre Antonio Guterres, secretario general de la ONU nombre oficialmente a Moratinos como nuevo Alto Representante, el español tendrá finalmente un cargo al frente de un órgano de la diplomacia mundial, tras dos intentos anteriores. En 2011, poco después de dejar el ministerio de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos aspiró a la dirección general de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, aunque perdió frente al brasileño José Graziano de Silva. Y en marzo de 2017, su nombre sonó con fuerza para ser nombrado enviado de la ONU al Sahara Occidental.

Ahora Moratinos estará al frente de la Alianza de Civilizaciones, el proyecto que presentaron el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente turco, Recep Tayip Erdogan en 2004 y que la ONU adoptó como iniciativa propia en 2005 para estrechar lazos y cooperación entre el mundo occidental y el islámico. En los últimos tiempos sin embargo la Alianza no ha estado demasiado activa y ha tenido un perfil menor, al carecer de medios y coincidir con la llegada de Donald Trump a la política que ha dificultado el diálogo diplomático con los países islámicos. Moratinos intentará revitalizarla y se plantea incluso cambiar su sede de Nueva York a Ginebra.

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