El amago de dimisión de Pedro Sánchez por las acusaciones hacia su mujer pudieron parecer «teatro», pero es un reflejo de una de las culturas políticas más tóxicas que existen en Europa y la envenenada relación entre ley y política que hay en España es además un dolor de cabeza para la UE. Es lo que pone de relieve una columna en el semanario británico que firma el prestigioso analista Wolfgang Munchau en donde repasa los problemas que enfrenta la política española. Subraya además que en torno a Cataluña es donde más se evidencia esta toxicidad, aunque apunta que el «sueño independentista» parece haber acabado, que el 1-O fue una «rebelión de clase media» y que el mayor obstáculo en cualquier caso no sería la política europea, sino la UE.


The New Satesman explica que «una de las más llamativas historias de las últimas semanas» ha sido la amenaza de dimisión del presidente español tras las acusaciones de corrupción contra su mujer que mantuvo en suspense a España hasta que anunció que seguía. Y enfatiza que aunque pudiera parecer superficialmente como un «gran teatro político», en el fondo «refleja una de las culturas políticas más tóxicas de Europa Occidental». Explica que en España la ley y la política están entrelazadas de forma «envenenada» y resalta que en Cataluña es en donde esta fusión es más clara. Menciona en este sentido cómo después del 23J y el acuerdo del PSOE con formaciones independentistas incluyó una amnistía para los políticos catalanes y señala: «no muchos partidos políticos en Europa habrían revertido sentencias de cárcel».

La columna añade en cualquier caso que las «interacciones tóxicas» también funcionan en sentido inverso y los jueces regularmente inhabilitan a políticos. Y recuerda que desde 2918 España ha fracasado en la renovación del CGPJ, algo que ha «alarmado tanto a la UE como a la ONU». Repasa asimismo los orígenes de la división política y las tensiones regionales que asegura se remontan a los Reyes Católicos que  «unieron políticamente un país fragmentado culturalmente».

Con respecto a Cataluña asegura que «el sueño de una independencia formal parece haber acabado» y considera que el 1-O fue una «rebelión de clase media» porque los «verdadero revolucionarios no cruzan la frontera y piden asilo». Aunque advierte de que el mayor obstáculo para el independentismo catalán no es la política española, sino la UE porque asegura: «es improbable que acepte la independencia de Cataluña sin que España esté de acuerdo. En 2017 y en mis conversaciones con catalanes, siempre noté una presunción ingenua de que la UE estaría de su lado». Y finaliza el texto apuntando que la situación en Cataluña unida a la de Euskadi, hace que la política española esté «desgarrada entre extremos radicales: los socialistas dependen de los independentistas y el PP, de la extrema derecha de Vox».

The New Statesman es una revista semanal británica fundada en 1913 que trata temas de política y cultura. Su línea editorial es liberal y escéptica. En sus páginas han escrito George Bernard Shaw, Keynes, Virginia Wolf o Christopher Hitchens. Hoy su modelo es un híbrido digital-impreso. Desde 2009 pertenece en exclusiva al empresario Mike Danson. Su circulación en papel en 2023 superaba los 43.000 ejemplares y tiene también más de 400.000 usuarios registrados en su página web y recibe más de 2 millones de visitas mensuales.

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