En la recta final de la campaña para las elecciones europeas, los medios internacionales resaltan el contexto de fuerte abstención y desencanto que se percibe en España. Resaltan además que de esta situación podrían beneficiarse llos partidos pequeños, especialmente los de extrema izquierda y erosionar al tradicional bipartidismo español.

Frankfurter Allgemeine destaca que nadie tiene nada en contra de Bruselas y la campaña sólo despierta opaca atanión entre la población. La crónica de Leo Wieland: campaña electoral europea es una cuestión de un montón de pro-europeos que no tienen mucho de qué quejarseLas guerras subsidiarias de los partidos políticos, para los que la campaña de las elecciones europeas es ante todo un vehículo para la auto-representación local, regional y nacional, sólo consiguen despertar una opaca atención entre la población. En el momento de la última encuesta, ni siquiera una cuarta parte del electorado sabía exactamente qué es lo que deben votar, ni cuándo ni dónde. Eso no disminuye el sentimiento básicamente europeísta, pero sí les depara considerables dolores de cabeza a los candidatos en términos de participación electoral.»

La Croix habla del desencanto de los españoles y de una abstención del 60%. La crónica de Valérie Demon explica: «El gobierno español ha colocado la campaña bajo la idea de la `recuperación´. Los tipos de interés con los que se finanza España han vuelto a niveles mínimos históricos. Las exportaciones progresan y el número de personas en búsqueda de empleo disminuyó de más de 111.000 personas, una disminución histórica para el mes de abril. Entre aumentos de impuestos, disminución de los salarios, los españoles se preguntan finalmente si la lista de sacrificios será suficiente para relanzar la máquina económica, para hacer disminuir este insoportable 25,9% de nivel de paro. Los electores españoles demostrarán su desencanto el 25 de mayo. Se prevé una abstención de casi un 60%.»

Les Echos señala que los partidos de extrema izquierda podrían beneficiarse del descontento en un contexto de fuerte abstención. El texto de Galles Lucas asegura: «A pesar de que los españoles son pro europeos, esta campaña no suscita su interés. Por un lado, el PP presenta la reactivación como prueba de su éxito. Por otro lado, el PSOE pone en tela de juicio la solidez de la reactivación. Para muchos españoles, el PP y el PSOE son tal para cual, por lo que los pequeños partidos se benefician de este descontento. Al no haber partido de extrema euroescéptico, son los partidos de extrema izquierda como Izquierda Unida o Podemos que se benefician de la situación.»

Le Soir plantea que el auténtico vencedor del 25M en España podría ser la abstención. Resalta: «La crisis ha sido muy virulenta en el sur de la UE. Los españoles tienen prioridades más urgentes que el escrutinio del domingo. La crisis también es política. Las élites son abucheadas, rechazadas. Los pequeños partidos están ganando fuerza. En 1999, los dos grandes partidos sumaban el 83% de los votos. Los sondeos más recientes sólo les conceden el 64%. Pero el auténtico vencedor del próximo escrutinio podría ser la abstención debido a que la desilusión se ha generalizado. Se evocan porcentajes del 57 al 60%. Esta débil movilización no desagrada a los partidos tradicionales acostumbrados a repartirse el pastel.»

Wall Street Journal resalta que el bipartidismo en España pierde apoyo. El texto de David Roman apunta: «Se espera que el voto de los españoles en las elecciones al Parlamento Europeo muestre un renovado apoyo a nuevos partidos, una señal de que el sistema bipartidista del país, piedra angular la estabilidad política durante más de tres décadas se debilita tras años de contracción económica y  escándalos. En la primera elección nacional desde que la economía tocó fondo el año pasado, el voto combinado de los dos grandes partidos en las elecciones del domingo se reducirá a alrededor del 60%, cuando llego al 80% en las elecciones europeas de 2009, según las encuestas.»

L´Echo dice que la generación perdida en Andalucía no acudirá a las urnas europeas. Apunta: «Los problemas estructurales son evidentes en Andalucía. El sector agroalimentario y el turismo no bastan para aportar los empleos necesarios para una población que no cree demasiado en las elecciones europeas. En Andalucía, toda una generación se encuentra desamparada y ya no cree que Europa pueda cambiar la situación. Por consiguiente, no acudirá a las urnas.»

(Esta noticia está incluida en el resumen de prensa internacional de radiocable.com)

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