La celebración de la última corrida en Barcelona antes de la prohibición en toda la comunidad ha atraído la atención de miles de medios de todo el planeta. Casi todos recogen que es el fin de una tradición centenaria, aunque detrás de la decisión catalana ven los motivos políticos al mismo nivel o incluso por encima de los de las denuncias de crueldad animal. Muchos recalcan en cualquier caso que en España aunque no se vislumbran más prohibiciones a corto plazo, el debate sobre los toros ya se ha instalado y cada vez va creciendo más el número de españoles que los rechazan o se declaran indiferentes.

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El New York Times en una crónica de Raphael Minder recogen la ultima corrida y algunos gestos fetichistas de los asistentes, pero explican «este tipo de escenas de entusiasmo por las corridas de toros ya no son la norma en estos días en España. No sólo los activistas pro-derechos de los animales han aumentado la presión para prohibir esta práctica – como ha sido el caso en Cataluña -, pero las corridas de toros también se enfrentan a una crisis financiera que ha obligado a recortar los subsidios públicos a las sedes locales que una vez dependieron de ellos». Pero avisan: «los vientos políticos que recientemente han maltratado las corridas podrían aliviarse en España tras las elecciones del 20 de noviembre. El Partido Popular ha impugnado la prohibición catalana en los tribunales, al tiempo que encabeza los esfuerzos para que las corridas de toros se incluyan como parte del patrimonio cultural nacional».

The Wall Street Journal asegura: «Cataluña declara el adiós a las corridas de toros. Cataluña es la segunda de las 17 autonomías españolas que prohíbe las corridas de toros. Las islas Canarias fueron las primeras que pusieron esta medida en práctica en el año 1991, aunque allí nunca había sido una tradición muy popular. Esta práctica antaño fue inmensamente popular en Barcelona y otras ciudades catalanas pero su declinar llegó con el final de la dictadura de Francisco Franco en 1978 y el posterior auge el nacionalismo catalán junto con el rechazo de las cosas consideradas españolas. Los tiempos modernos y la crisis económica han dañado duramente la tradición y las encuestas muestran consistentemente que la mayoría de españoles no tiene interés por las corridas».

La CBS subraya: «Los matadores clavaron la espada matando a los toros por última vez el domingo en la potente región al noreste de España de Cataluña en una emotiva lucha de despedida antes de que la polémica prohibición regional sobre la tradición emblemática del país entre en vigor. La corrida también fue precedida por momentos de tensión entre los pro-taurinos y y los activistas anti-taurinos que intercambiaron insultos. Los críticos dicen que la prohibición no es tanto por el bienestar animal sino más un desaire a España de los independentistas catalanes».

El Washington Post resalta: «La popularidad de las corridas de toros en Cataluña se ha ido desplomando en las últimas décadas y la Monumental era la última plaza de funcionamiento, aunque la ciudad se jactó en un tiempo de tener tres. Horas antes de la corrida, un pequeño grupo de activistas anti-taurinos se reunieron fuera de la arena, brindando con vino espumoso. «Obviamente, muchos de los partidos políticos han tratado de politizar esto, pero no debemos olvidar que esta propuesta popular surgió de un punto de vista puramente pro derechos de los animales para erradicar la crueldad hacia ellos», dijo la activista Soraya Gaston. Otros esperaban que la prohibición sólo sea temporal. La prohibición causó furor y desató un debate nacional sobre este espectáculo centenario que ha inspirado a artistas y escritores como Goya, Picasso y Hemingway».

The Independent considera en un análisis de Jason Webster que «Se trata más de Cataluña que de crueldad. Cataluña insistirá en avanzar para lograr mayor independencia, amenazando con desmembrar la, reconocida atribulada, familia española. El hecho es que es posible que la prohibición se haya discutido basándose en términos morales, pero nadie, incluyendo a los catalanes, tiene dudas de que el principal impulso era distanciar a Cataluña más del resto de España- o, al menos, parecer que se hacía. Antaño hubo catalanes que reivindicaban que los toros no habían sido nunca cosa de catalanes, hasta que se recordó que la primera corrida de toros celebrada en Barcelona se remontaba al año 1387 ¿Qué pasará realmente? ¿Ha cambiado algo? Como dice el refrán español: ??El más sabio de los sabios sabe que no sabe; únicamente los tontos piensan que sabe??.

The Guardian habla de «El toro de la despedida: Barcelona celebra su última corrida antes de que comience la prohibición en Cataluña. Era el fin de más de 600 años de historia. Ayer noche, entre la ovación del público y la sangrienta muerte de los toros, Barcelona celebró su última corrida de toros para siempre. Los aficionados dicen que la prohibición es un incumplimiento de las libertades civiles. Los que se oponen piensan que es una medida que nos separa cada vez más de una barbarie sin sentido. Algunos critican la prohibición por considerarla parte del nacionalismo catalán. Dicen que los diputados locales han votado a favor de la prohibición porque los toros son un emblema de España y quieren diferenciar a Cataluña del resto del país. Pero los activistas y muchas personas en la región dicen que la prohibición refleja la sensibilidad de los ciudadanos de la zona que piensan que no tiene sentido hacer sufrir a los animales para entretenerse.

The Times le dedica al asunto un editorial: ??Muerte en la tarde». Y dicen: «la política y el cambio en los gustos para distraerse han adelantado el final de los toros en Cataluña. Muchos independentistas catalanes ven su rechazo a algo tan español como la paella y el flamenco como un símbolo de desaire a España. Tampoco es que los catalanes estén perdiendo mucho; pues la audiencia es cada vez de más edad, la venta de entradas ha bajado y los jóvenes están más interesados en el fútbol y en los juegos de consola que en los toros».

Liberation apunta: «Los ultimos toros matados en la arena de Barcelona. Aclamados por 18.000 aficionados, tres famosos toreros españoles mataron el domingo a los últimos seis toros soltados en la plaza de toros de La Monumental de Barcelona, llena hasta los topes para la corrida final de la historia de Cataluña. El 1 de enero 2012, Cataluña se convertirá en la segunda región de España en prohibir las corridas de toros, después de las Islas Canarias en 1991. Defensores de los animales aseguran que continuarán su lucha en el resto de España, un país donde la tradición taurina está en declive en los últimos años, aunque se mantiene muy viva en lugares como Madrid y Andalucía».

Le Monde recoge: «En Cataluña fin de un espectáculo agonizante». Y habla de las contradicciones mencionando el Toro de la Vega y los correbous: «Cataluña ha enterrado para siempre las corridas de toros. Pero las fiestas tradicionales de los correbous que se celebran en la provincia de Tarragona, todavía son permitidas e incluso protegidas por la ley en razones de «identidad» y «tradición»… Esta paradoja no ha avergonzado a los diputados que votaron a favor de la prohibición, pero ha reforzado la idea de que mediante la eliminación de las corridas de toros, la Cataluña nacionalista se deshacía por encima de todo de una fiesta demasiado «española». En general, en España, las corridas de toros está en decadencia. Simplemente han dejado de interesar a los españoles».

El Frankfurter Allgemeine Zeitung habla de «Toque de difuntos para las corridas». El texto que firma su corresponsal Leo Wieland considera que «en Cataluña no ha ganado el amor por los animales, sino el resentimiento anti-español. Fue una muerte política».

De Volkskrant en una crónica de Iñaki Oñorbe dice: ??Por última vez sangre en la arena. Más de 20.000 espectadores presenciaron esta última lucha entre un solitario luchador con una capa roja de franela y un toro bravo? los amantes del toreo demuestran que la vieja tradición española también tiene en Barcelona derecho a existir. Pero también que la prohibición de las corridas de toros, que fue aprobada por el Parlamento catalán, no tiene nada que ver con la pérdida de popularidad de las corridas de toros o con el posible sufrimiento de los animales. Para muchos amantes del toreo, la prohibición de las corridas es un juego político. Una manera para los nacionalistas catalanes de poner punto final a todo lo que ??huele a España??.

De Morgen recoge: «Cataluña sepulta las corridas de toros. Una fecha histórica: el pasado fin de semana se lidiaron los últimos toros en la Monumental de Barcelona. Las corridas quedarán prohibidas en Cataluña a partir del 1 de enero de 2012. La menguante popularidad de la tauromaquia en España podría explicar, en parte, el creciente interés de los catalanes por los derechos de los animales. No obstante, la decisión adoptada por el Parlamento catalán también fue consecuencia de un reflejo nacionalista. La Comunidad catalana pretende diferenciarse una vez más del resto de España».

El Times of India apunta: «Fin de la tradición: Cataluña dice adieu a las corridas. La poderosa región al noreste de España, Cataluña se ha despedido de la tradición emblemática del país de las corridas de toros con una fiesta final en la plaza de toros de Barcelona. El evento con las 20.000 entradas agotadas en la Plaza de Toros Monumental  es la última corrida programada de la temporada. La prohibición regional de este sangriento pasatiempo entra en vigor 1 de enero 2012. La popularidad de las corridas de toros en Cataluña se ha desplomado en las últimas décadas».

El Sydney Morning Herald destaca como «una última estocada y 600 años de corridas de toros mueren en la arena. Es la primera región en la España peninsular en prohibir la tradición. Al tiempo que la medida ha alimentado el debate en todo el país sobre las corridas de toros, hay pocos indicios de que cualquier otra región española esté cerca de seguir el ejemplo de Cataluña».

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