Las consecuencias de la decisión del Parlamento de Cataluña de pedir autorización para celebrar una consulta soberanista son analizadas por medios de todo el mundo. Se interpreta como la escenificación de que el Gobierno catalán sigue decidido a enfrentarse con el de Madrid, aunque señalan que sus posibilidades de éxito son remotas. Advierten que ahora se sucederán una serie de acontecimientos que probablemente lleven a un punto muerto y a que las elecciones regionales se usen como referéndum extraoficial. Y recogen los temores de los empresarios por la situación y la posibilidad de que presionen en favor de un acuerdo.

Reuters apunta que los acontecimientos a venir probablemente lleven a un punto muerto… que podría beneficiar a Rajoy. La crónica de Fiona Ortiz dice: «Los diputados catalanes votaron para buscar un referéndum sobre la ruptura con España, preparándose para una batalla con un implacablemente opuesto gobierno central en Madrid. Los críticos temen que la inercia del primer ministro haya avivado las llamas en Cataluña. Pero el tiempo puede ser una vez más del lado de  Rajoy, que durante dos años se resistió a la presión de pedir el rescate y ahora a las peticiones de dimisión por un escándalo de corrupción.

 

Varios factores juegan a su favor. Una incipiente recuperación económica podría despegar, suavizando las tensiones sobre la distribución de impuestos, una de las principales quejas catalanas. El movimiento independentista podría caer en tensiones políticas internas o sufrir la oposición tranquila de los grandes empresarios. Y, sin apoyo internacional, los catalanes podrían ver como obstáculo el tener que salir de la UE o abandonar el euro. Aunque la votación del jueves dará lugar a una cadena de acontecimientos que probablemente conducirán a un punto muerto.»

Financial Times señala que Cataluña se dirige a un enfrentamiento con Madrid que preocupa a empresarios. El artículo de Miles Johnson explica: «Cataluña se prepara para un enfrentamiento con Madrid, después de que su parlamento regional votara a favor de pedir permiso al gobierno español para celebrar un referéndum sobre la independencia. Rajoy hasta el momento ha ignorado los intentos de Artur Mas, líder del gobierno catalán, por renegociar la forma en la que la región es financiada y ha dado pocas muestras de buscar un compromiso para calmar las crecientes tensiones nacionalistas. El importante incremento del sentimiento separatista en Cataluña ha fomentado preocupaciones entre los líderes comerciales catalanes.»

Frankfurter Allgemeine Zeitung advierte que los catalanes dicen éste es su último intento de conciliar un referéndum legal. La crónica  de Leo Wieland: «Se considera seguro que la solicitud de los catalanes en Madrid será rechazada por una amplia mayoría, remitiéndose para ello a la Constitución del Estado. Si se da el caso, el presidente de la Generalitat Artur Mas ya ha planteado que celebrará `elecciones plebiscitarias´ anticipadas en su región. Portavoces de los partidos separatistas advirtieron después de la votación del jueves que este ha sido el último intento de conciliar con el gobierno central un referéndum legal. Si esto no funciona, proseguirán con ello `de forma unilateral´.»

Wall Street Journal apunta que varios diputados de izquierdas se unieron a los partidarios de la consulta. El texto de David Roman. «La decisión del jueves fue aprobada por 87 votos a favor y 43 en contra y en ella varios diputados de izquierdas se unieron a la coalición de gobierno autonómico a favor de la misma, mientras que la mayoría de los representantes de los partidos nacionales españoles se opusieron. Varias encuestas recientes indican que casi la mitad de los cinco millones de votantes de Cataluña contestaría «sí» a ambas preguntas y que cerca de un tercio votaría «no». El resto no tiene una postura decidida y el riesgo de que una Cataluña independiente fuera excluida de la Unión Europea, como indican recientes comentarios de varios funcionarios de la UE, se considera un hecho muy disuasorio.»

Diario económico apunta que Mas pretende usar el rechazo de Madrid para convencer a catalanes indecisos. Asegura: «Como el Gobierno conservador de Rajoy dijo ya que no permitirá la realización de la consulta, el gobierno catalán muestra que pretende usar este rechazo como un medio para convencer a los catalanes indecisos de que es imposible llegar a un acuerdo con el Estado español. En esta situación, la solución defendida por el presidente del Gobierno catalán será la convocatoria de elecciones regionales que se convertirían en un referéndum no oficial sobre la independencia. Una gran victoria de los partidos soberanistas daría legitimidad para realizar el referéndum, con o sin la aprobación de Madrid.»

De Morgen destaca que el voto del Parlament reforzará la tensión, pero no alcanza los dos tercios que anhelaban los independentistas.  Dice: «Todo apunta a que la decisión del Parlamento catalán reforzará la tensión reinante si bien cabe destacar que la votación no alcanzó la mayoría de dos tercios anhelada por los organizadores. La iniciativa catalana inspirará a otros movimientos independentistas en el resto de Europa, sobre todo ahora que la unidad europea está siendo puesta a prueba debido a la crisis económica.»

South China Morning Post habla de presiones de empresarios y políticos a Rajoy para suavizar la situación. Explica: «Los líderes independentistas en Cataluña dicen que Rajoy debe seguir el ejemplo del primer ministro David Cameron, cuyo gobierno se opone a la independencia escocesa, pero permite a los escoceses decidir en una votación este año. Empresarios y líderes políticos de todo signo han presionado a Rajoy para quitar hierro a la situación, quizás ofreciendo a Mas un mayor control sobre los impuestos a cambio de dejar a un lado la idea del referéndum.»

El Nuevo Herald apunta que las elecciones catalanas podrían ser usada como referéndum extraoficial. Recoge: «Aunque la posición separatista no obtuvo la mayoría de dos tercios que esperaban sus partidarios, la votación atizaría las llamas de un movimiento independentista masivo. Una hipótesis menos radical sería utilizar las elecciones regionales catalanas como una suerte de referendo extraoficial al obligar a los partidos a expresar claramente su posición sobre la independencia. En ese caso, cada voto por un partido separatista podría interpretarse como un voto de facto por la independencia.»

[Esta noticia está incluida en el resumen de prensa internacional de radiocable.com]

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