Die Welt o Financial Times, entre otros, reflexionan sobre el papel que puede jugar el nuevo rey de España en el conflicto territorial con Cataluña. Destacan que existe la sensación de que Felipe VI es la última esperanza para solucionar pacíficamente el enfrentamiento entre Madrid y Barcelona, aunque señalan que necesitará «todo el tacto del mundo» para ser árbitro y tienen que entender que es un problema que deben resolver los políticos, no los reyes.

Die Welt señala que Felipe está considerado como el último intento del Estado para poder solucionar pacíficamente el problema con Cataluña. El analisis de Annette Prosinger resalta: «La coronación del Rey Felipe VI de España se efectuará sin pompa. En lugar de brillo y gloria será un mero trámite administrativo. ¿Se pueden conquistar así los corazones de los súbditos? A esto cabe añadir que el fulgor de Felipe es limitado. A diferencia de su padre Juan Carlos, este hombre de 46 años no tiene talento para el espectáculo. Pero la renuncia a la poma también es una señal de que se trata de una persona que ha comprendido qué es lo importante.

 

Felipe probablemente representará mejor a su país que ningún presidente electo. Hoy en día, lo que mejor protege (a España) del radicalismo político es la rutina del trabajo político, tanto en el Congreso como en los parlamentos regionales y locales. Estas instituciones necesitan un nuevo rumbo, una mayor credibilidad y más sentido de la decencia y la responsabilidad. Felipe podría desempeñar un buen papel, podría dar ejemplo y crear confianza tomando en serio la furia del pueblo. Al nuevo Rey se le considera como el último intento del Estado para poder solucionar pacíficamente el problema con Cataluña.»

Financial Times analiza el papel que puede jugar el nuevo rey con Cataluña, pero cree que sería sabio evitar involucrarse. La crónica de Tobias Buck dice: «¿Puede ayudar un nuevo rey a que se resuelva la crisis catalana de España? Es una pregunta que está surgiendo, cada vez con más frecuencia, desde que el Juan Carlos anunciara su decisión de abdicar este mes. Al Príncipe Felipe ya se le está aclamando como el mascarón de proa de una ambiciosa renovación nacional. Más específicamente, existe una leve esperanza de que el nuevo monarca, que habla catalán con fluidez, pueda ayudar a que se llegue a un nuevo acuerdo entre Madrid y Barcelona y a que las dos partes no se separen más.

 

En su primer discurso después de la noticia de la abdicación, Felipe hizo una obvia referencia a Cataluña, declarando que deseaba servir a un país `unido y diverso´. No hay que ser muy ingenioso para leer entre líneas una petición a favor de una nueva ronda de negociaciones –y quizá incluso una sugerencia de que España pueda tener que aceptar una forma más flexible de cohabitación con sus regiones. Fuera éste o no el mensaje pretendido, la perspectiva de una intervención real ha causado un gran revuelo en Barcelona. Puede que Felipe tenga una licenciatura en relaciones internacionales, pero todavía tiene que demostrar que tiene los instintos políticos para moderar un conflicto tan complejo como el que existe ahora entre España y Cataluña. Por intratable que pueda parecer, es una crisis que políticos, no reyes, tienen que resolver.»

Frankfurter Rundschau cree que Felipe necesitara «todo el tacto del mundo» para ser árbitro. El texto de Martin Dahms señala: «El país vive desde hace seis años no sólo la peor crisis económica en décadas, sino también una vertiginosa pérdida de confianza en todas las instituciones. El sucesor en el trono, de 46 años, se encuentra ante tareas de enormes dimensiones. El recelo de los republicanos tan solo es una de ellas. Más urgente aún es la preocupación por la unidad del país que Felipe deberá representar. Un fuerte movimiento separatista en Cataluña no quiere saber nada del resto del país, ni tampoco del Rey. En los próximos meses, Felipe VI no sólo escuchará cumplidos. Y necesitará todo el tacto de mundo para estar a la altura de su papel como árbitro y mediador entre todos los frentes.

The Times destaca que la primera tarea del nuevo rey será mantener España unida. El artículo de Matthew Campbell afirma: «Felipe VI partirá en una gira por su inquieto país para recuperar el apoyo a la asediada familia real y desalentar una rebelión catalana cuando se convierta en rey esta semana. Felipe y Doña Letizia, una ex periodista de televisión, esperan que su ofensiva gane los corazones y las mentes. Sin embargo, es probable que se enfrenten a resistencia en Cataluña, donde el resentimiento contra la monarquía se remonta a 1714, cuando el homónimo del nuevo rey allanó Barcelona.»

(Esta noticia está incluida en el resumen de prensa internacional de radiocable.com)

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