Varios medios internacionales recogen las últimas protestas en España de funcionarios, mineros y ciudadanos en general como síntoma del aumento del malestar social. Advierten que la nueva batería de medidas de austeridad corre el riesgo de terminar con la «relativa paz social» que hasta ahora ha vivido el país pese al recrudecimiento de la crisis.

Una pancarta en una manifestacion en Canarias
(Foto: Flickr/Arribalasqueluchan)

Le Monde destaca que los funcionarios españoles digieren mal la pérdida de su paga extraordinaria. La crónica de Sandrine Morel dice: «Cerca de doscientos funcionarios se manifestaron espontáneamente ante el Congreso de los diputados. Tras haber visto su sueldo reducido entre un 5% y un 15% en 2010 y su tiempo de trabajo semanal incrementado de 35 a 37,5 horas, los funcionarios se sienten estigmatizados.

Hasta ahora, a pesar de la crisis sin precedentes que vive España y la multiplicación de los planes de austeridad, España apenas ha vivido tensiones sociales. ?nicamente dos huelgas generales fueron convocadas desde el comienzo de la crisis, en 2010 y 2011. Y la mayor parte de las manifestaciones se desarrollaron sin incidentes. ¿Cuánto durará esta relativa `paz social´ que los sociólogos achacan a la solidaridad familiar y a la economía sumergida?»

Liberation sostiene que se incrementa la ira en el país. El texto que firma Diane Cambon apunta: «Austeridad y Recesión e incrustan en España. Tras la gran «marcha negra» de los mineros contra la eliminación de los subsidios al del carbón, miles de funcionarios bloquearon las principales calles de Madrid. Denuncian los nuevos recortes presupuestarios en el sector público. Mientras crece la ira contra la política de austeridad, el poder conservador continúa su programa anticrisis. Ningún sector ha escapado a los recortes. Según la OCU, la subida del IVA supondrá un gasto adicional para los hogares españoles de 415 euros anuales, con lo que puede correrse el riesgo de que se agrave la situación de miles de familias en las que uno o varios miembros están en el paro.»

Die Tageszeitung asegura que aumenta las `fantasias de violencia desesperadas´en España. El editorial de Reiner Wandler dice: «El dictado de ahorro da pie a una fantasía de violencia. A los mineros se les ha pedido en Madrid que traigan dinamita en su próxima visita. No hay tregua. Una ola tras otra de recortes embiste a los españoles. Y siempre afecta a los mismos: a las personas con ingresos escasos, a aquellos de dependen de programas sociales, a los funcionarios y a los empleados del sector público. El descontento va en aumento. Se trata de fantasías violentas desesperadas, y éstas no prometen nada bueno».

Time explica que ya han empezado manifestaciones más violentas. Citan a Fernando Luedo explicando que «ya hay un montón de funcionarios cobrado sólo 1.000 euros al mes. Esto se va a poner nuevas capas de la sociedad en situación muy precaria, de la que será casi imposible para ellos salir. Y hay muchas posibilidade de que aumente el malestar social». La revista recuerda que «esta semana ya se han vivido algunas de los más emocionantes – y violentas – manifestaciones desde que comenzó la crisis. Tras el anuncio de Rajoy, cientos de funcionarios públicos se reunieron de forma espontánea frente al Parlamento, tratando de entrar, y cientos más han salido a las calles, bloqueando de la arteria central de Madrid.» Y citan también los incidentes tras la marcha minera

El Tiempo de Colombia destaca que los españoles se resisten a acetar el fin del sueño europeo. Su editorial titulado «El timonazo de Rajoy» explica: «La ‘marcha negra’ de los mineros que irrumpió el miércoles en Madrid vio cómo se le adherían miles de manifestantes espontáneos, que no aceptan ni entienden por qué les corresponde ahora asumir el costo de este descalabro. El ciudadano común lo interpreta como resultado de unas decisiones tomadas en unas esferas harto lejanas y bajo lógicas incomprensibles. Los españoles se resisten a aceptar que el sueño europeo que los cautivó a finales del siglo pasado se desvanezca a pasos agigantados, al tiempo que se desintegra el Estado de bienestar del que gozaron por un tiempo bastante menor que sus vecinos del continente.»

Clarín ve a Madrid en la senda de Atenas. El artículo de Marcelo Cantelmi habla de «el remedio que no cura y que agrava. Se aumentará sensiblemente el IVA, caerá la ayuda a la vivienda y al desempleo y se podará más el plantel de empleados públicos. ¿Cuál es el sentido de este daño? Estas medidas menos que corregir profundizarán la recesión como ha sucedido en Grecia, cuya economía se contrajo 20%, se disparó la desocupación al doble hasta el 25% y su bache fiscal devino en un abismo. ¿Es esto debido a la ceguera de Alemania? Hay quien lo cree así.»

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