Las prestigiosas revistas de EEUU y Reino Unido coinciden en resaltar la forma en que los vecinos de Angrois y en general los ciudadanos españoles reaccionaron al descarrilamiento del Alvia mostrando su solidaridad con las víctimas. The Economist apunta que «eso es algo que España siempre hace bien», mientras Time señala que esa es «la verdadera marca España».

El artículod e The Economist

The Economist destaca que los españoles reaccionaron de la manera admirable en que siempre responden a las grandes tragedias. En su sección Charlemagne explican: «Los vecinos se apresuraron en acudir al lugar, sacando a los supervivientes de los escombros. Cientos de personas formaron colas para donar sangre en los hospitales locales. Y, cuanto España decretó luto oficial por los muertos durante tres días, el país mostró su solidaridad con los familiares y amigos que se habían reunido con ansiedad en la ciudad para descubrir el destino de sus seres queridos.

Se harán preguntas sobre si más medidas de seguridad podrían haberse aplicado en una ruta que se abrió, en su forma actual de alta velocidad, hace 18 meses. La respuesta a estas preguntas es, inevitablemente, siempre sí. También podría cuestionarse  por qué, y cómo, los políticos españoles financian las líneas de tren como esta. Pero el momento de cuestionar estas cosas no es ahora. `Lo primero es asistir a las víctimas y los heridos´, dijo el portavoz de transportes oposición socialista, Rafael Simancas. Y eso es algo que España siempre hace bien.»

Time apunta que la tragedia es otro golpe al orgullo nacional, pero la respuesta humanitaria es la verdadera Marca España. La crónica de Lisa Aben asegura: «La red del AVE es quizás el más exitoso ejemplo de innovación tecnológica del país, por eso las dudas no se extienden no sólo a la industria del transporte, sino a la identidad misma de España. Y cualquiera que sea el ratio que se determine entre error humano y técnico, el accidente es otro golpe al orgullo nacional de España.

Hubo, sin embargo, un poco de brillo entre la abrumadora sensación de tragedia. Después del accidente, los locales se volcaron para ofrecer ayuda en cualquier forma posible, poniendose en peligro a sí mismos para ayudar a las víctimas a salir de los restos, y luego trajeron mantas y agua para los heridos y miles de personas hicieron colar para donar sangre. Al hablar de las consecuencias del accidente, más de un columnista llamó a esa respuesta humanitaria la `verdadera marca España´. Puede que no sea económica o tecnológicamente avanzada, pero al menos es sostenible.»

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