Entre las consecuencias del tragico accidente de Santiago está el impacto negativo en el extranjero para el sector industrial de la alta velocidad. La cobertura del siniestro está siendo masiva en la prensa internacional, que no se limita a contar los detalles del descarrilamiento, sino que va más allá. Algunos medios destacan que España es lider en una tecnología ferroviaria que exporta con éxito y supera a su competencia en seguridad. Pero también hay analisis que ponen en cuestión la rapidez con la que ha expandido su red y la «obsesión» con la alta velocidad.

El artículo de Le Soir

Financial Times destaca que el gobierno y las empresas esperan que el accidente no afecte al estatus español de lider en alta velocidad. Su crónica dice: » Los investigadores han abierto dos frentes de investigación separados en la causa del peor accidente de tren en España en más de cuatro décadas, que ha dejado al menos 80 pasajeros muertes y más de 130 heridos. Pero no ha habido respuesta oficial a los informes y dramáticos comentarios en el video que sugerían que el accidente se debió a un exceso de velocidad.

Tanto el gobierno español como el sector privado esperan que este mortal accidente no afecte el estatus del país como líder mundial en trenes de alta velocidad. Madrid ha invertido mucho en comunicaciones por carretera y ferrocarril y otras infraestructuras de transporte en la última década y el país ahora cuenta con la segunda mayor red de trenes de alta velocidad del mundo después de China. Y en 2011 un consorcio de empresas españolas que incluía a Renfe y OHL ganó un contrato de 7.000 millones para construir el AVE en Arabia Saudi.»

The Independent dice que pese a la la tragedia, las líneas ferroviarias española son las mejores. Un comentario de Simon Calder sostiene: «Por segunda vez en dos semanas, la cultura de la formidable seguridad que caracteriza a los ferrocarriles europeos ha fallado fatalmente. Pero a pesar de la tragedia, España se mantendrá por delante del resto de Europa en cuanto a su red de alta velocidad. Hasta la década de 1990, los ferrocarriles del país fueron los más lentos y rancios de Europa occidental. En las últimas dos décadas, el país ha invertido en la red más moderna y extensa de Europa de trenes de alta velocidad.

Las líneas modernas de alta velocidad son estadísticamente más seguras que las vías convencionales. Pero cuando cifras significativas de personas se mueven a gran velocidad por tierra, mar o por aire, la potencial pérdida de vidas a gran escala no puede ser eliminada. Mientras las familias lloran, todo lo que podemos hacer es tratar de aprender.»

Libération pide al gobierno y empresas españolas «transparencia ejemplar» en las investigaciones para recuperar la confianza. Un artículo de opinión de François Sergent apunta: «El tren, sin duda medio de transporte más fiable y más seguro de Europa, no está exento de fallos con consecuencias trágicas. Los ferrocarriles franceses y españoles, conocidos por su estricto respeto a las normas de seguridad y por sus balances impresionantes de miles de kilómetros sin accidentes, han demostrado sus límites. Pero presuntos errores humanos, un loco exceso de velocidad en el caso español, no pueden por sí mismos explicar los descarrilamientos.

Semejantes accidentes tienen que obligar a sociedades industriales como la española o la francesa a preguntarse sobre su funcionamiento, sus sistemas de control, riesgos y gestión de tecnologías y hombres. Tanto el gobierno español como sus empresas públicas que explotan los trenes y las vías tendrán que demostrar una transparencia ejemplar en sus investigaciones judiciales si quieren recuperar la confianza.»

Le Soir plantea «¿Y si lo que ha ido demasiado rápido fuera la expansión ferroviaria?. El artículo explica: «El maquinista ha reconocido que iba demasiado rápido. Pero mientras se conocen los resultados de la investigación surge otra pregunta: ¿la carrera desenfrenada del mercado de alta velocidad en España no está bajo cuestión? «

De Standaard asegura que los AVE sirven para reforzar el prestigio de los políticos. El texto de  Merlijn de Waal apunta: «El accidente de ayer no frenará las obras del AVE en Galicia. Si bien la población gallega envejece a marchas forzadas y la actividad económica ?? salvo el gigante Inditex – no parece justificar la construcción de líneas de AVE, los políticos gallegos llevan largos años presionando para conseguir una red de alta velocidad.

Desde hace varios años aumentan las críticas ante la continua expansión de la red de alta velocidad. Ningún recorrido es rentable, ni siquiera el trayecto Madrid-Barcelona. La expansión de la red es consecuencia del lobby de las empresas especializadas en la construcción de infraestructuras ferroviarias, que cuentan con el apoyo de los políticos autonómicos.»

Rzeczpospolita señala que la obsesión española con la velocidad finaliza con la mayor catástrofe en 40 años. El artículo de Jedrzej Bielecki dice: «Aunque durante casi 25 años Bruselas junto con el gobierno español ha gastado decenas de miles de millones en la ampliación de las ultramodernas infraestructuras, el transportista público Renfe sigue ometiendo errores cardenales. Renfe y el ente gestor de la red Adif han acumulado una deuda gigantesca de 16 mil millones de euros que ahora tendrán que pagar los contribuyentes.

La red AVE de 3100 kilómetros (solamente China tiene una red mayor) no solamente no gana para su mantenimiento sino que está llena de absurdos. Uno de ellos es el tramo de 60 kilómetros entre Madrid y Guadalajara que frecuentan, según los datos de Renfe, solamente unos 15 pasajeros al día. La España endeudada hasta las cejas ya se ha visto obligada a disminuir la frecuencia de los trenes en 40 trayectos. No obstante, por lo menos hasta el trágico accidente, el gobierno insistía en seguir con el plan de 25 mil millones de euros para duplicar en los próximos 10 años  la red de AVE.»

Trouw apunta que España es conocida precisamente por su moderna red ferroviaria. El texto de Janne Chaudron afirma: «Los políticos españoles alardean de su moderna red ferroviaria. En el terreno de la seguridad obtienen mejor resultado que Francia, Alemania y los países escandinavos. El número de accidentes ferroviarios en los últimos años se ha reducido a la mitad por lo que la probabilidad de tener un accidente con víctimas mortales es mucho más baja que en otros países europeos. Por ello los expertos están muy sorprendidos de que precisamente en España ocurriera uno de los mayores accidentes en años.

No es por nada que el Gobierno español ha invertido 57.000 millones de euros en los últimos 25 años en la mejora del ferrocarril. Sin embargo la pregunta es si RENFE puede seguir manteniendo la buena imagen del ferrocarril. Desde el inicio de la crisis, el Gobierno ha reducido drásticamente los gastos en proyectos de infraestructura. El presupuesto destinado al mantenimiento e instalación de nuevos trayectos ha sido en 2013 un 35% menor que el del año anterior.»

El Tiempo cree que el desastre afectará al prestigio de la tecnología española. Dice: «Cuando el transporte ferroviario renace con mayor vigor que nunca ??más veloz, más cómodo, más seguro??, un país que es líder en esta materia, España, acaba de afrontar una de las mayores catástrofes de un tren de pasajeros de los últimos tiempos. España, con 3.100 kilómetros habilitados para alta velocidad, es primero en Europa en esta industria y solo China la supera en el mundo. El desastre afectará el prestigio de su tecnología, que se exporta a Arabia Saudí, Suecia, China, India, Brasil, Inglaterra y otros países, e impulsará, sin duda, la automatización informática en la conducción de trenes.»

La locomotora accidentada en Santiago
(Foto: Flickr/Contandestrelas)

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