El pasado fin de semana el hashtag #MeTooInceste se volvió tendencia en Francia a raíz del escándalo provocado por la acusación de incesto contra uno de los politólogos y académicos más famosos del país, Oliver Duhamel. En esta nueva versión del movimiento #MeToo, las redes se han llenado de miles de denuncias e historias de incesto de ciudadanos franceses, poniendo de relieve la magnitud de este problema.

La publicación del libro «La familia grande» de la jurista Camille Kouchner ha provocado un auténtico terremoto en Francia. En él, acusa a su padrastro, el politólogo Olivier Duhamel de abusar sexualmente de su hermano mellizo, Antoine, cuando ambos tenían 14 años. El escándalo político por esta revelación que inplicaba a uno de los más famosos analistas y académicos franceses provocó la dimisión de Duhamel y el inicio de una investigación de la Fiscalía de Paría.

Pero además ha dado lugar a un nuevo movimiento de denuncia ciudadana en la estela del MeToo que, en 2017, evidenció lo abusos de grandes productores de entretenimiento. En esta ocasión Twitter y otras redes se han llenado de mensajes de afectados por casos de incesto, que animados por la repercusión de la historia de Duhamel, han dado a conocer sus historias y de respuestas de apoyo.

Solo el 16 de enero se contabilizaron más de 6.000 tuits que con la etiqueta #metooinceste, denunciaban abusos pasados, en muchos casos con fotografías y dibujos de la época en que tuvieron lugar. La enrome reacción ha puesto el foco en el problema del incesto en Francia que según algunos estudios es de una magnitud considerable.

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