Nada más volver al poder a finales de agosto de 2021, el Ministerio de la Mujer fue sustituido por los talibanes al por una cartera para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio. Técnicamente este ministerio se dedica a fomentar las normas islámicas, aunque en la práctica ha llevado a cabo una auténtica ofensiva o cruzada contra los derechos que las mujeres habían conquistado. Y tras prohibir su acceso a las escuelas secundarias, la universidad, los parques, las ONGs o los gimnasios, la última norma dictada por este organismo ha sido obligar a los comerciantes de Kabul a decapitar a los maniquíes, o en su defecto a cubrir sus rostros con bolsas de plástico, telas o papel de aluminio para «combatir la lujuria».

De esta forma, y tal y como documentan fotografías como las de la agencia Associated Press, los escaparates de tiendas de ropa de Kabul tienen ahora un «perturbador» aspecto al mostrar a sus maniquíes sin cabeza o cubiertos con una bolsas o papel de aluminio. Inicialmente la orden del Ministerio de Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio hablaba de decapitar los maniquíes, pero los comerciantes lograron que se aceptara la alternativa de cubrir las caras.

En cualquier caso, se trata de la enésima medida que promueven los talibanes en Afganistán para conseguir que los rostros femeninos desparezcan de las calles afganas y reducir aún más la presencia de las mujeres en la vida pública del país.

Este nuevo retroceso para las mujeres en Afganistán ha coincidido con el asesinato a tiros en Kabul de Mursal Nabizada, una ex diputada del Parlamento, en la época anterior de los talibanes. Fue atacada en su casa junto a su guardaespaldas por individuos no identificados y ambos perdieron la vida. Nabizada tenía apenas 32 años fue una de las líderes políticas afganas que decidió quedarse en el país tras la toma del poder por parte de los talibanes y la disolución del Parlamento,  a pesar de que cientos de funcionarios como ella prefirieron ser evacuados por las fuerzas internacionales.

Recientemente, ella misma había defendido en un audio que han recuperado las redes sociales su decisión de permanecer en Afganistán asegurando: «Este país no es un restaurante en el que si no me gusta el servicio me marcho. Es mi hogar y seguiré en él al lado de mi pueblo».

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