La conocida ONG, una de las más grandes del mundo, ha anunciado una reestructuración estratégica de sus operaciones globales para adaptarse al nuevo entorno al verse agravados sus problenas financieros por la crisis del coronavirus. Van a cerrar delegaciones en 18 de los 66 países en los que estaba operando -incluyendo algunos como Afganistán, Egipto o Sudán- y también podrían tener que eliminar casi 1.500 puestos de trabajo de su plantilla. El español Chema Vera, director general interino de Oxfam desde septiembre de 2019, lo ha explicado así.

La ONG, que fue fundada en Gran Bretaña en 1942, sufrió un duro golpe en 2018 al conocerse un escándalo sexual que afectó a su oficina en Haití y provocó que numerosos donantes retiraran sus aportaciones. La respuesta de Oxfam fue iniciar un plan de reestructuración estratégica a 10 años. Sin embargo al verse sus otras fuentes de financiación también afectadas, en particular sus tiendas en países europeos, por las repercusiones de la crisis del coronavirus, han decidido acelerar los cambios estratégicos.

A partir de ahora Oxfam mantendrá presencia física en 48 países, seis de los cuales podrían servir como miembros afiliados independientes como Indonesia y Kenia. Además van a cambiar la forma de operar en algunos de los países, lo cual puede afectar a unos 1.450 empleos de su plantilla compuesta por unas 5.000 personas, así como a 700 de las 1.900 organizaciones con las que esta asociada.

El cierre de oficianas afecta en concreto a Tailandia, Afganistán, Sri Lanka, Pakistán, Tajikistan, Haiti, Républica Dominicana, Cuba, Paraguay, Egipto, Tanzania, Sudan, Burundi, Ruanda, Sierra Leone, Benin, Liberia y Mauritania. Oxfam ha anunciado que esta es solo la primera fase de su reestructuración y que lelvará a cabo más cambios en los próximos meses.

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