[10-6-2008] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Un día sobreexcitado. Ante la pantalla de la televisión o atrapados en los mil y un atascos, los ciudadanos han tenido ocasión de repasar la gama completa de las emociones intensas. Nuestros compañeros de deportes les hablarán del partido. Sobre la segunda jornada de huelga, nada importa más que la vida que se ha perdido. Una tragedia que posiblemente dramatice más aún un paro muy duro. Sin embargo, convendría que no ocurriera eso sino lo contrario.

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 En todo caso, y sin relacionarlo con esta desgracia, es más evidente cada día que el derecho de huelga no puede seguir siendo sólo un concepto, una proclamación, una bandera. Su regulación, siempre pendiente, ha de ser abordada; y con una mentalidad abierta, que tenga en cuenta las realidades de la nueva sociedad. Su sustancia no se discute. Está reconocido en la Constitución como derecho fundamental. Artículo veintiocho punto dos. Pero desde mil novecientos setenta y ocho todos los partidos se han arrugado ante la fuerza simbólica de esta conquista histórica. Y apenas se han atrevido con pequeños pellizcos normativos. Pero hay que atreverse. Incluso para los huelguistas, es una herramienta antigua, de difícil manejo y eficacia dudosa si no es bien comprendida por la sociedad. Y nunca lo será si no están perfilados los límites. ¿A qué da derecho tener derecho?. Algún día habrá que responder a este interrogante. Porque a todo no, aunque en España parecemos creer que sí nos asiste un derecho, los derechos de los demás se evaporan. En fin, tenemos, pues, una gran desgracia, un conflicto enquistado y una cadena de perturbaciones graves para todo el país. Por cierto, el marrón gubernamental ha correspondido a Magdalena Álvarez. Administrativamente le toca, pero? ¿puede su departamento dar respuesta a las reclamaciones?.»

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