Coincidiendo con el 25N, el general Ahmed Naser al Raisi fue elegido nuevo presidente de la Interpol, la institución encargada de coordinar la cooperación entre las distintas agencias de policías del planeta y de controlar el crimen internacional. Pero su nombramiento está siendo muy controvertido, porque al Raisi, que hasta ahora dirigía las fuerzas de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos, está acusado de torturas por cinco países y de haber reprimido duramente la disidencia en su país. Varias ONGs habían alertado contra su candidatura, pero ha sido elegido, derrotando a una candidata que reivindicaba en su campaña la importancia de los DDHH para la labor policial.

Ahmed Naser al Raisi, originario de Abu Dhabi y máximo responsable policial de los EAU, se ha convertido en el nuevo presidente de Interpol en una cumbre celebrada en Turquía. Fue elegido en tercera vuelta con un 68,9 % de los votos derrotando a la candidata checa Sárka Havránková, cuya campaña subrayaba la importancia del «espíritu de la Declaración Universal de Derechos Humanos» para la labor policial. Los estatutos de Interpol conceden al presidente un papel principalmente honorífico siendo el verdadero responsable el secretario general, Jürgen Stock, reelegido en 2019 para un segundo mandato de cinco años.

Pero la elección de Al Raisi ha levantado una gran polémica. Numerosas organizaciones internacionales de derechos humanos y eurodiputados ya habían alertado contra su candidatura recordando que está acusado de torturas en cinco países: Francia, Turquía, Suecia, Noruega y Reino Unido. Pero además Human Rights Watch le ha señalado como uno de los máximos responsables policiales acusado de reprimir duramente a la disidencia en su país.

El ex fiscal jefe de Inglaterra incluso aseguraba que Al Raisi «ha supervisado la creciente represión sobre los disidentes, la tortura continuada y los abusos del sistema de justicia criminal» de Emiratos. Y tres eurodiputados también mostraron sus temores de que la elección del general Al Raisi afecte a la misión y la reputación de Interpol.

Los Emiratos Árabes Unidos han reaccionado a la elección de su alto cargo para presidir Interpol celebrándolo como un triunfo para la influencia árabe. También han destacado que ha podido refutar la, según ellos, «campaña de distorsión» en su contra en la que se le acusa de tortura y represión. Se da la circunstancia de que los EAU son el segundo mayor contribuyente de Interpol. En 2017 donaron a la organización 50 millones de dólares, un tercio del presupuesto.

Aunque su nombramiento sea sobre todo simbólico también se ha puesto de relevancia que EAU ha sido uno de los países que más ha utilizado el sistema de «notificación o alerta roja» de Interpol creado para detener a criminales internacionales cuando entran en otro país… pero que varios regímenes autoritarios han estado utilizando para perseguir a disidentes pacíficos acusándoles de terrorismo.

Numerosos defensores de los derechos humanos han mostrado su preocupación por la noticia y enfatizando que la organización internacional de policía va a estar ahora representada por un alto cargo de «un régimen que considera la crítica como terrorismo y que espía, arresta y tortura de disidentes».

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