Tres informes coinciden en resaltar el efecto particularmente negativo que ha tenido la pandemia en España en términos de desigualdad y en la necesidad de políticas públicas más intensas y decididas, que corrijan la brecha que la economía no consigue cerrar.



Una persona en situación de calle durante el estado de alarma en abril de 2020 en Madrid.
Shutterstock / EfectoDron

Pedro Caldentey del Pozo, Universidad Loyola Andalucía

Los primeros días del mes de febrero de 2022 han ofrecido muchas noticias sobre la evolución de la economía española en el cuarto trimestre del año pasado (IPC, PIB, EPA, paro registrado). Todos los datos apuntan a una significativa recuperación económica pero con dos características:

  1. Se ha visto menguada por la sexta ola del virus, provocada por la variante ómicron, y por el ruido macroeconómico que han creado el repunte de la inflación y los problemas de suministro de las cadenas globales de valor.
  2. Esta pandemia ha contagiado incluso a las estadísticas, que tienen que hacer frente a las incongruencias entre las horas trabajadas, los datos del empleo y la actividad económica recogida en el PIB, animándonos a ser pacientes en las valoraciones hasta que los datos se consoliden.

Esa catarata de datos del último trimestre de 2021 ha dejado en segundo plano las evidencias sobre el impacto de la crisis en la desigualdad que proporcionaban tres informes publicados en enero de 2022:

  • Informe FOESSA sobre la evolución de la cohesión social y los efectos de la COVID-19 en la desigualdad (Fundación FOESSA, 2022).
  • Las desigualdades matan de Oxfam International (Oxfam, 2022) que se publica todos los años coincidiendo con la celebración el foro de Davos.
  • Radiografía de medio siglo de desigualdad en España. Características y factores que explican que España sea uno de los países más desiguales de Europa del Observatorio Social de La Caixa (2022).

Desigualdad, un problema de todos

La desigualdad era tradicionalmente un asunto Norte-Sur pero con la Gran Recesión irrumpió como desequilibrio macroeconómico doméstico en las economías avanzadas. La desigualdad y vulnerabilidad de la población en riesgo de pobreza amplificaron los efectos de la crisis de forma significativa. No fue, por tanto, un fenómeno creado por la Gran Recesión.

La hiperglobalización y su frenética persecución de la eficiencia alentó una creciente precariedad en las relaciones laborales y animó a la deslocalización industrial, entre otros factores. La famosa y ampliamente comentada curva del elefante de Branko Milanovic explicaba de forma muy gráfica cómo las clases medias de los países más ricos, situadas en los deciles más altos de la renta de la economía mundial, habían resultado inesperadamente perdedoras en la captación de las rentas de la globalización.

La crisis financiera desatada en 2008 y sus consecuencias en Estados Unidos y la UE profundizaron el problema interno de desigualdad y exclusión. Esto fue debido a la dureza que tuvieron las políticas de austeridad aplicadas para contener el problema de la deuda pública para los grupos más vulnerables.

Tres visiones sobre la desigualdad

La respuesta a la pandemia ha sido de signo radicalmente contrario gracias, por una parte, a lo aprendido de la política económica aplicada durante la Gran Recesión y, por otra, a la imposibilidad de buscar culpables en una crisis de naturaleza global y sanitaria. Pero, pese a la política fiscal y monetaria más expansiva de la historia reciente desde la Segunda Guerra Mundial, no parece que se esté logrando una recuperación justa.

El informe FOESSA destaca como tesis principal que la pandemia ha ampliado el espacio social de la exclusión y que aparece de nuevo la amenaza de fractura social.

Pese a la recuperación del empleo tras el confinamiento y a una respuesta centrada en instrumentos como los ERTE o el ingreso mínimo vital, dirigidos a esquivar el efecto inmediato del desempleo entre los más vulnerables, la pandemia ha provocado una quiebra en la reducción de la desigualdad que se había ido produciendo en los años anteriores y ha hecho emerger nuevos factores de exclusión como el de la brecha digital.

La posibilidad de una nueva fractura o de la cronificación de la pobreza y la desigualdad en determinados sectores sociales hace concluir a los autores del informe que es necesario un mayor esfuerzo a corto plazo en la respuesta desde el sector público (como ilustra el gráfico sobre la aplicación del ingreso mínimo vital que recoge el informe).



Número de hogares beneficiarios del IMV.
Fuente: Informe FOESSA 2022

El informe de Oxfam insiste en los efectos de la crisis en los sectores más vulnerables y proporciona nuevas evidencias a su tradicional análisis sobre el crecimiento de la riqueza entre los multimillonarios (los milmillonarios menciona especialmente Oxfam), que se ha multiplicado a un ritmo sin precedentes en esta pandemia.



Tasa de crecimiento anual promedio de la riqueza (1995-2001)
Fuente: Informe OXFAM 2022

El gráfico se basa en la riqueza y no en la renta, uno de los debates que abandera Oxfam junto al World Inequality Database de Thomas Piketty, Gabriel Zucman y sus colegas, y señala la intensidad de la concentración de la renta, apuntando especialmente a los privilegios fiscales y a los mecanismos para evadir impuestos.

El Observatorio Social La Caixa acaba de publicar una radiografía de medio siglo de desigualdad en España. Un estudio dirigido por Luis Ayala y Olga Cantó que analiza la evolución de la desigualdad en el último siglo y explica las razones que sitúan a España como el país de renta alta más desigual dentro de la UE.

Como los otros estudios, este aporta evidencias sobre el impacto del acceso al trabajo para explicar la desigualdad y el riesgo de pobreza en España, pero señala también, especialmente, la reducida capacidad redistributiva de los impuestos y las prestaciones para corregir la desigualdad y la exclusión.

El informe aporta datos relevantes como que España es uno de los países con mayor desigualdad en la UE, que el bajo peso de las rentas del trabajo es la que genera mayor desigualdad y que la desigualdad crece más en las recesiones de lo que se recupera en los periodos de expansión, como muestra el gráfico.

Fuente: Observatorio Social La Caixa, Informe 2022

Variación porcentual de la media anual del índice de Gini para cada periodo (1973-2019) 

Por una recuperación justa

Los tres informes coinciden en resaltar el efecto particularmente negativo que ha tenido la pandemia en España en términos de desigualdad y en la necesidad de políticas públicas más intensas y decididas, que corrijan la brecha que la economía no consigue cerrar.

El debate es amplio y complejo porque, como también señalan los tres informes, corregir la desigualdad pasa por aplicar (que actúan a priori, sobre las causas de la desigualdad, y no a posteriori, sobre sus efectos). Esto demanda transformaciones de la estructura productiva española y algunas reformas relacionadas con las políticas de renta y de mercado laboral. O por la inversión en educación y formación profesional. Debates que están en la agenda y que deberían ayudar a que los esfuerzos presupuestarios y las reformas se centren en una recuperación justa.


Este artículo ha sido elaborado con la colaboración de Ignacio Garijo Campos, miembro del Proyecto Desigualdad del Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola Andalucía.The Conversation


Pedro Caldentey del Pozo, Director Departamento Economía, Universidad Loyola Andalucía

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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