Robots, sensores y realidad virtual revolucionan la seguridad en el trabajo
La digitalización está revolucionando el entorno laboral en todo el mundo. Lo destaca la OIT en un informe que incluso detalla cómo en varias industrias se están utilizando robots para sustituir a los trabajadores en tareas peligrosas. Aunque se advierte que estos avances traen consigo riesgos, por lo que también es necesario crear leyes que incluyan las nuevas formas de trabajo digital y promuevan la formación tecnológica.
La digitalización y la automatización están revolucionando la forma de trabajar en todo el mundo, y eso incluye más medidas para proteger la salud y la seguridad de los trabajadoreshttps://t.co/CZkOUMAfem
— Noticias ONU (@NoticiasONU) April 29, 2025
La digitalización y la automatización están revolucionando la forma de trabajar en todo el mundo aumentando las medidas para proteger la salud y la seguridad de los trabajadores. Así, un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que innovaciones como los robots colaborativos, los sensores inteligentes, los algoritmos de gestión y la realidad virtual están promoviendo entornos de trabajo más seguros.
Las máquinas sustituyen a los humanos en tareas de alto riesgo y ayudan a prevenir lesiones y accidentes, en industrias como la minería, la agricultura y la construcción. Sin embargo, aunque las tecnologías digitales aumentan la protección contra accidentes, requieren una regulación urgente para evitar nuevos riesgos como la vigilancia invasiva.
Los robots sustituyen a los humanos en tareas peligrosas
El informe, publicado del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, advierte de la necesidad de identificar y controlar desde el principio los riesgos potenciales asociados a estas tecnologías. En varias industrias se están utilizando robots para sustituir a los trabajadores en tareas peligrosas como la desactivación de bombas, los vertidos químicos y la exposición a elementos cancerígenos. En el sector minero, por ejemplo, las máquinas operan en lugares de difícil acceso y altamente tóxicos.
En el campo, los drones reducen la exposición de los agricultores a pesticidas nocivos. En la industria pesada, los brazos robóticos realizan tareas repetitivas y peligrosas, como la manipulación de metales a temperaturas extremadamente altas.
Durante la pandemia de Covid-19, hospitales de países como Alemania y China implementaron robots para transportar pacientes y desinfectar entornos, reduciendo el riesgo de contaminación para el personal sanitario.
Sensores portátiles y sistemas inteligentes
Además, ya se utilizan exoesqueletos* robóticos en obras de construcción y hospitales para reducir el esfuerzo físico de los trabajadores y prevenir lesiones musculoesqueléticas, que son una de las principales causas de baja laboral.
Otra innovación destacada en el informe son los dispositivos portátiles inteligentes: ropa, cascos y pulseras equipados con sensores que controlan las constantes vitales, la postura, la exposición al calor o a ruidos peligrosos. Estos dispositivos alertan a los trabajadores en tiempo real, ayudando a prevenir accidentes.
En el sector de la construcción, por ejemplo, los sensores detectan caídas, posturas inadecuadas y movimientos repetitivos que podrían causar lesiones. En entornos industriales miden la calidad del aire, la presencia de gases tóxicos y la temperatura, activando alarmas preventivas.
Realidad virtual para salvar vidas
El estudio también demuestra que la realidad virtual se está convirtiendo en una herramienta fundamental para formar a los trabajadores en escenarios de riesgo como incendios, fugas químicas o derrumbes. En simulaciones realistas y seguras, los trabajadores aprenden a actuar correctamente sin poner en peligro sus vidas.
Países como Qatar, Chile y Australia actualmente utilizan la realidad virtual para capacitar a inspectores de seguridad, bomberos y trabajadores de la construcción. Además, programas en Mozambique han explorado el uso de tecnologías digitales para reforzar la protección social y mejorar la salud laboral, especialmente en zonas rurales y sectores agrícolas.
Vigilancia excesiva y tecnoestrés
A pesar de los beneficios, la OIT advierte de los riesgos psicosociales y de seguridad que conlleva la digitalización. Entre ellos, la intensificación del ritmo de trabajo, la vigilancia invasiva, la pérdida de autonomía, la sobrecarga mental y el llamado tecnoestrés, la dificultad de lidiar con sistemas digitales en constante cambio.
Los trabajadores suelen ser evaluados por algoritmos que los monitorean, lo cual puede provocar ansiedad, sentimientos de injusticia y angustia emocional.
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