En una entrevista al diario italiano, la primera que ofrece a un medio de comunicación tras dejar la política el pasado 4 de mayo, el ex vicepresidente reflexiona sobre su relación con el poder, la situación actual y las manifestaciones anti-globalización de Génova de 2001 a las que asistió. De hecho, el artículo que firma el corresponsal Francesco Olivo, rememora el impacto que la cumbre del G8 en Génova de hace 20 años tuvo para el propio Pablo Iglesias y publica un imagen inédita suya «ataviado con la parafernalia de los disobbedienti» (los desobedientes, el primer gran movimiento anti-globalización) para las protestas de entonces.

Sobre su salida de la política, el fundador de Podemos asegura que «no fue una derrota» ante el «Estado profundo», pero sí cree que pagó el precio político de alguno de sus logros como conseguir que el «PSOE no se volviera a aliar con la derecha».  Iglesias también defiende su idea de que alcanzar el gobierno «no significa tener el poder, sino desafiar el poder con más herramientas» y cree que si marcha no importa, porque los nuevos liderazgos «femeninos» en su Unidas Podemos llevarán más lejos su espacio político.

La Stampa destaca una imagen de las «miles» del desfile popular antiglobalización en Génova de hace 20 años en la que se ve a un «niño» vestido con la parafernalia de los «desobedientes». Y revela que el joven de la foto es Pablo Iglesias que aquel 20 de julio de 2001 se manifestó en la calles de Génova y que en toda su carrera política, incluso siendo vicepresidente del gobierno español, nunca ha dejado de reivindicar su pertenencia a este movimiento. El fundador de Podemos enfatiza, en la entrevista, la idea de que tanto en Génova como en Madrid «las ideas y el poder siempre chocan». Asegura también que la manifestación de Génova le enseñó en primera persona «lo que puede ser el poder y el Estado» y que a veces hay sectores «profundos» que «van más allá de la ley, más allá de la dinámica democrática».

Pero Iglesias también habla de su salida de la política y defiende que ésta «no es una derrota» ante ese «Estado profundo» que denuncia, aunque sí cree que ha pagado el «precio político» por algunos de sus logros. Y en concreto señala los acuerdos legislativos con fuerzas vascas y catalanas y al cerrar la opción de que el PSOE «vuelva a aliarse con la derecha». En este sentido, el ex vicepresidente subraya que ha habido poderes que han intentado «destruir» a Unidas Podemos gracias a «estrechos vínculos» con los poderes mediáticos: «Sabíamos que el poder no toma prisioneros y defiende privilegios, y cuando la democracia cambia el equilibrio de poder, alguien deja de ser democrático», ha precisado. Finalmente ha señalado que su marcha de Podemos no tiene importancia, porque está convencido que los nuevos liderazgos «femeninos» de la formación llevarán más lejos su espacio político.

La Stampa es un diario nacional italiano nacido en 1895 y que se edita en Turín. Pertenece al grupo Fiat y a la familia Agnelli, que controla el 100% de su capital. Su línea ideológica es de centro. Es el cuarto de los grandes periódicos nacionales por difusión y en 2018 superaba los 155.000 ejemplares.

Francesco Olivo es periodista de La Stampa y escribe sobre España desde 2015. Es también colaborador de L´Espresso. Anteriormente trabajó en Italia para Il Messaggero y Leggo. Fue el autor de la entrevista a Zapatero en 2015 en la que el ex presidente español aseguraba que Podemos “era socialdemócrata y cambiaría con la democracia”.

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