El corresponsal de Le Figaro valora en radiocable.com la condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a España por el caso de Portu y Sarasola, los etarras que cometieron el atentado de la T4. Destaca que en España las acusaciones de tortura son un tema «muy delicado» y que provoca «reacciones epidérmicas y casi automáticas», algo que atribuye al caso concreto de la violencia de ETA y a los GAL. Mathieu de Taillac apunta que aunque es habitual que todos los ministros de Interior españoles insistan en que los etarras tienen «instrucciones» de denunciar siempre torturas, «eso no implica que todas sean falsas». Y resalta que en este caso el TEDH por primera vez ha considerado que hubo «no tortura, pero sí malos tratos». Señala además que el caso evidencia una disfunción del sistema español, pero también demuestra que existen mecanismos para recurrir y ganar «aunque seas etarra».

Mathieu de Taillac explica que le ha llamado la atención que los titulares de la noticia aseguraran que España ha sido condenada por torturas, cuando el texto del TEDH lo excluye: «La condena es por dos cosas. Una, no haber investigado lo suficiente las denuncias, algo que no es nuevo. Y la segunda es por considerar que aunque no se considera establecido que haya sido un caso de tortura, sí de malos tratos suficientemente graves para ser calificados de degradantes e inhumanos.»

Pero señala que se trata en cualquier caso de un tema «muy delicado» porque involucra la lucha contra el terrorismo y a una organización que causó 800 muertos y «por otro está la historia de los GAL y la tortura que los etarras denuncian sistemáticamente. Pero ocurre que algunas veces lo denuncian con fundamente. Por lo menos eso es lo que ha dicho el TEDH». En este sentido señala que en España hay «reacciones epidérmicas ante este tema y casi automáticas» y destaca que el periodista Carlos Yarnoz ha recordado las presiones que sufrió El País cuando denunció este caso concreto que califica de «reveladoras» de la sensibilidad que hay con estos asuntos en España.

Sobre si España tiene un problema a la hora de afrontar las denuncias de tortura, el corresponsal apunta: «Creo que el caso concreto de ETA lo complica todo. España no es el único país condenado por el TEDH, pero es más complicado por los 800 muertos de ETA y los casos de guerra sucia contra el terrorismo.» Pero enfatiza que esta es la primera vez que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera «demostrado que ha habido, no tortura, pero sí malos tratos».

También recuerda con respecto a la acusación de no haber investigado lo suficiente las denuncias, que históricamente los ministro de Interior de España de todos los últimos gobiernos siempre han recurrido a la afirmación de que los miembros de ETA tienen en su manual denunciar torturas en todos los casos y que las acusaciones son falsas. Pero apunta: «Puede ser que los terroristas tengan esa instrucción de denunciar siempre, pero eso no implica que todas las denuncias sean falsas. Algunas pueden serlo y otras no. Y según el Tribunal Europeo en este caso sí que fueron ciertas las denuncias.»

Mathieu de Taillac valora asimismo hasta qué punto la sentencia es un golpe para la imagen de España: «Es un caso de disfunción de la justicia y para eso está el TEDH, que ahora ha condenado a España, pero también a otros países como Francia por la situación de las cárceles. Pero creo que también es la demostración de que, más allá de las disfunciones de los sistemas nacionales, hay recursos que se pueden presentar a nivel supranacional. El caso demuestra que ha habido un fallo particular de España, pero también demuestra que cuando lo hay, se puede recurrir y ganar aunque seas etarra.»

Mathieu de Taillac es el corresponsal en España de Le Figaro desde 2010. También colabora con Radio France y BFMTV. Anteriormente trabajó en El País y en ADN.es.  En sus crónica ha hablado de los “asuntos sucios de la derecha española”, de las “devoluciones en caliente” de inmigrantes, la restauración de la confianza empresarial, la “bajada a los infiernos de Zapatero“,  o el “peligroso crack demográfico” que amenaza a España. Además ha firmado entrevistas a Artur Mas, José Maria Aznar y Pedro J. Ramírez que dieron mucho que hablar.

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