El diario holandés resalta que las reacciones tanto del ministro de Guindos como de la población española parecen indicar que se prefiere ignorar el último y pesimista informe del Fondo Monetario Internacional. Aseguran que es «un juego arriesgado» porque el destino de España no depende solo de España.

Christine Lagarde, presidenta del FMI
(Foto: Flickr/International Monetary Fund)

De Telegraaf dice: «Según los españoles, el FMI se equivoca con las previsiones de que España no podrá cumplir el objetivo de déficit presupuestario marcado para 2012 y 2013. El ministro Luis de Guindos, atribuye las previsiones negativas del FMI a las decepcionantes previsiones en el escenario internacional: `El FMI se muestra más sombrío que hace unos meses sobre la evolución de la economía global internacional y ahora traslada ese factor negativo en parte a nuestros planes´. El ministro español dice estar convencido de que España se mueve en la buena dirección para evitar ese tipo de escenario negativo.»

Pero advierten: «El problema es sin embargo que el destino de España no depende sólo de España… De Guindos está jugando un juego arriesgando no tomando en serio las advertencias del FMI. El economista, Xavier Trias, comenta: `Con las manifestaciones de protesta en mente, De Guindos está realizando un esfuerzo ingente por ocultar todo comentario que apunte a nuevos recortes. Sus homólogos europeos se preguntan si De Guindos realmente no se hace cargo de la situación, o si éste simplemente ignora los análisis. Ambos escenarios no dejan de ser preocupantes´.»

El texto resalta: «Parece ser que la distancia entre Bruselas y Madrid sea mucho mayor que los escaños 1600 km que marca el planificador de rutas `Nuestro gobierno está más que ocupado. Los problemas en las comunidades autónomas, el malestar social, la lucha por la independencia de los catalanes, el pánico en el sector bancario, etc.´ El español de la calle también prefiere concentrarse en los problemas que le afectan directamente. `Usted no pensará que cuando uno acaba de perder su empleo y se enfrenta con la posibilidad de un desahucio puede sentir simpatía por Europa´.»

[Leer el artículo completo en De Telegraaf]

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