Las centrales nucleares españolas y europeas serán sometidas a partir del 1 de junio a pruebas de resistencia contra desastres naturales y errores humanos, pero no contra ataques terroristas. La Comisión Europea ha anunciado que los controles los realizarán las propias compañias explotadoras de la central, tuteladas por las autoridades nacionales responsables de seguridad.(Foto: Flickr/Diario informe)

El informe será revisado por un equipo externo de evaluación supranacional formado por siete expertos europeos en el que no podrá haber nacionales del país en el que esté la central. Este equipo podrá efectuar comprobaciones sobre el terreno, más allá de los controles de documentación iniciales.

Los 143 reactores repartidos en 14 países de la Unión serán examinados para determinar si pueden aguantar desastres naturales (terremotos, maremotos, inundaciones, tornados, temperaturas extremas y la combinación de varias) o errores humanos, entre los que se incluye fallos técnicos hasta accidentes de transporte (como impactos de aviones). Además revisarán si el personal de las centrales está lo suficientemente cualificado para garantizar una gestión segura de la planta y reaccionar ante una emergencia

Son circunstancias sobre las que las autoridades reguladoras nacionales se sienten responsables. Esos mismos reguladores han dejado fuera la prevención de ataques terroristas por considerar que es un campo de actuación que corresponde a otras autoridades, según han explicado fuentes de la Comisión.

Aunque todos los países se han comprometido a realizar las pruebas, su carácter es en realidad voluntario, por lo que el equipo de supervisión supranacional no tendrá competencia para obligar a los gobiernos nacionales a cerrar las plantas que no superen el examen. Pero Bruselas apuesta por la transparencia durante todo el proceso, así como por que los resultados sean completamente públicos.

La Comisión ha explicado que están trabajando para llegar a un acuerdo sobre los tests relativos a riesgos relacionados con el terrorismo, aunque en ese caso «los informes no podrán tan transparente para no dar pistas sobre potenciales puntos débiles».

La central de Garoña
(Foto: Flickr/nattydreaddd)

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