El 1 de agosto de 2010 será recordado como el día en el que entró en vigor el tratado internacional que prohíbe el uso, produccción, adquisición y almacenamiento de bombas de racimo. 38 países ya han ratificado el acuerdo firmado en Oslo en diciembre de 2008 permitiendo así su aplicación. Se calcula que este tipo de munición ha provocado más de 100.000 victímas desde que se empezó a usar en los años 60, según la Coalición contra las bombas de racimo (CMC).

Imagen de previsualización de YouTube

Las bombas de racimo o de dispersión contienen cientos o miles de mini-bombas que pueden matar en un radio de 15 metros. El mayor peligro es que estos artefactos  -cuyo aspecto es similar a una lata de refresco- no siempre explotan al lanzarse la bomba, sino que se dispersan por los alrededores y se mantienen activas durante más de 40 años. Por eso muchas víctimas son civiles y niños que se encuentran con ellas mucho tiempo después de su lanzamiento.

Las ONG´s celebran la noticia, aunque se señala que algunos de los mayores productores de este tipo de armamento como EEUU, Rusia o China y países que se sospecha que lo han usado como Israel, India o Pakistan han quedado al margen. Pero para sus defensores lo importante es la fuerza «estigmatizadora» del acuerdo. Y citan como referencia lo sucedido con las minas antipersona. El Tratado de Ottawa, que las prohibía y que entró en vigor en 1999, nunca fue suscrito por los mayores fabricantes. Sin embargo no se ha vuelto a vender este tipo de munición.

Imagen de previsualización de YouTube

108 países firmaron el Tratado de Oslo. Para su entrada en vigor era necesaria la ratificación de al menos 30. España fue uno de los primeros países en ratificarlo a pesar de que durante las negociaciones defendió una posición ambigua, al tener empresa que fabrican estas bombas. Una campaña lanzada desde Internet  ayudó a cambiar la postura del Gobierno y de hecho España fue el primer país que anunció que no esperaría a la entrada en vigor del Tratado. Aplicó una moratoria en mayo de 2008 y destruyó su aresenal.

La Coalición Contra las Armas de Racimo, entidad que agrupa a más de 300 ONG, y que ha liderado la campaña para lograr la prohibición celebró la entrada en vigor del Tratado con una gran tamborrada en diversos puntos del planeta. En Barcelona tuvo lugar una de ellas.

Imagen de previsualización de YouTube
Print Friendly, PDF & Email