Las reflexiones se nos agolpan a la luz de la guerra abierta de Israel en Gaza. Me pido para mí mismo paciencia, rigor y disciplina para el año nuevo que entra, pues son los mejores aliados para analizar cualquier cuestión y con ello enfrentarse a las cosas que verdaderamente importan.

Aunque este es un asunto que nos afecta bastante poco a nuestra cotidianeidad (siempre que la escalada no llegue a Grecia vía Egipto) sí puede verse comprometido nuestro juicio ante nosotros mismos, o ante algún ser querido o amigo (especialmente en estas fechas). Y, personalmente, me sirve de gran ejemplo para otros asuntos que sí son cotidianos, y también extraordinariamente complejos.

Muchas veces un punto de referencia es suficiente para no perder la cabeza, y equivocarse poco. Para mí en este caso la paz es lo principal, porque aunque la guerra (que en muchas ocasiones se hace inevitable) pueda traer largos periodos de armisticio, debemos recordar que solamente la paz trae la paz.

Otros análisis, culpabilizaciones o rendimientos históricos son complejos y, si lo pensamos bien, completamente estériles. Además, nos llevarán a decir tonterías que no hemos ni pensado ni estudiado bastante. Esta simplicidad de análisis es suficiente para lograr ser solidarios, serios y comprometidos.

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