Hace unos años resultaba sencillo para las empresas y las marcas controlar los mensajes que sobre ellas circulaban en el mercado: eran los principales anunciantes y emisores, controlaban minuciosamente su comunicación, había pocos canales auspiciados por los grandes medios, por ello eran masivos y el consumidor era un mero receptor. La llegada de Internet y de la filosofía 2.0 han dinamitado este modelo. Ahora los ciudadanos son activos y producen sus propios contenidos, los canales han proliferado de manera exponencial, se han segmentado y la comunicación de las marcas se ve afectada incluso por las conversaciones que se producen en la red.

El escenario ha cambiado y también las técnicas necesarias para tener éxito en él. El departamento de estrategia de la empresa de comunicación Scholz and Friends, ha elaborado una interesante presentación en la que explican como deben las marcas enfocar su «branding» si no quieren seguir naufragando.

Blogs como el de Javier Velilla o el de Dani Seuba, que se han hecho eco de la presentación, destacan que las marcas hace tiempo que dejaron de saber que es lo que quieren sus clientes, cada vez hay menos confianza en ellas y los consumidores exigen comportmientos consistentes y transparentes.

El modo clásico de hacer publicidad es cada vez más ineficaz y los medios convencionales tampoco son ya el unico canal. Por ello se defiende que las marcas hoy en día deben saber hacer llegar sus mensajes a los medios de masa pero también a las redes sociales.

Algunas de las reflexiones de la presentación exponen datos como que ??el 80% de los altos directivos consideran que su marca le da al consumidor una experiencia superior… el 8% de sus clientes opina lo mismo? o que la gente reclama contenidos interesantes para sus conversaciones no tanto mensaje claros.

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