La campaña de la Iglesia Católica española contra el aborto ha provocado una interesante discusión en Internet. ¿Se puede simplificar tanto el asunto usando la campaña del lince? ¿Por qué el debate vuelve ahora y no antes si en España hace 20 años que se puede abortar? La iniciativa ha provocado fuertes críticas a la Iglesia en los blogs, e incluso una contracampaña.

Carmen Sánchez Carazo señala: «Durante estos 24 años en España han abortado, han interrumpido voluntariamente su embarazo mujeres de todas las edades y de todas las ideologias y hemos tenido gobiernos de derechas y de izquierdas y no han tocado la ley. ¿Por qué el PP cuando gobernaba y tenía mayoría no cambió la ley y ahora la critica? ¿Por qué durante el gobierno de Aznar no se hacían campañas contra el aborto, contra la IVE?»

En ese mismo sentico, JLC, en miradacritica.es señala: «no soy un fervoroso partidario del aborto hasta sus últimas consecuencias, pero mucho menos soy un detractor de una ley que lo que pretende es establecer unas garantías y unos plazos. No se trata de legalizar nada nuevo, llevamos muchos años en que lo contempla la ley, se trata de regular decentemente un derecho de la mujer o de la pareja, ya contemplado en la legislación.»

El periodista Emilio Silva, en su blog, también opina sobre el tema y señala: «Creería en la honestidad de la jerarquía de la iglesia católica si vendiera su patrimonio y acabara con el hambre en el mundo, si atacara frontalmente a los gobiernos que mantienen la pena de muerte, si hiciera campañas frontales contra la violencia de género[…] Cuánta doble moral en una supuesta defensa de la vida de quienes quieren ser pequeños dioses decidiendo sobre cómo hay que nacer y cómo hay que morir.

Coral Bravo en El Plural, señala: «Es una descabellada inmoralidad que la Iglesia católica excomulgue a los médicos que interrumpieron el embarazo de una niña brasileña de nueve años violada y cuya vida, por traer mellizos, corría gravísimo peligro. Aparentemente les importaba mucho la ??vida? de un conjunto de células, pero la vida de una niña víctima de la más canallesca depravación no les importaba nada.»

Rosa Jimenez Cano, también aborda el tema y se une a la campaña de protesta que se ha iniciado en Internet señalando: «Las linces se defienden en la red . ¿Y ahora quién defiende a los Linces? Pues ??las Linces?, ¿quién si no?»

No es la única. También Ruth Carrasco en su blog se pregunta como es posible que «defiendan con ahínco unas celulas, y nunca los derechos de personas si, por ejemplo, estas son homosexuales, o se escandalicen con el nacimiento de Javier (que finalmente ha curado a su hermano, que alegría!), o escondan en ocasiones casos de pederastía, o no hagan campañas agresivas contra el hambre en el mundo que esta mata millones de personas, o que no salgan a la calle con miles de ciudadanos contra el ataque desproporcionado de Israel al pueblo Palestino, un genocidio.

Elena Valenciano opina en su blog: » ¿y si ese embarazo es producto de un ??accidente? -como sucede tantas veces-? ¿y si jamás pensó que a ella le sucedería? ¿y si está asustada? ¿y si se siente culpable?? Aunque tenga confianza con su madre y su padre, si no quiere darles un disgusto, si no quiere correr el riesgo de que la obliguen a casarse. ¿ Por qué no darle el servicio médico adecuado para una interrupción voluntaria de embarazo, la información idónea y el acompañamiento? O ¿acaso es mejor condenarla a un aborto chapucero, a una maternidad no deseada y de riesgo?»

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