Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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 Richard Cohen – Washington. Ví el otro día que George W. Bush está recaudando dinero para su instituto político propuesto en la Southern Methodist University. Hice algunas indagaciones y descubrí que existen alrededor de 3.000 institutos, dedicados la mayor parte de ellos a celebrar convocatorias sobre pequeñeces y difundir estudios que nadie lee. Sugiero por tanto que Bush utilice su dinero para hacer algo totalmente diferente y constructivo — crear el Instituto de Estudio de Sarah Palin. Mi cheque está listo.

Esta es la Semana de Palin — días de entrevistas relativas a la publicación de su libro, «Going Rogue.» Aparecerá hasta en la sopa, causando su buena impresión de costumbre, y habrá más rumores de que podría presentarse a presidente. Alguien señalará que hasta tiene programada una escala en Iowa pronto — y sabemos lo que eso significa.

Por otra parte, alguien más señalará que la misma semana en que Palin está de promoción con su libro, el presidente actual está en el extranjero asistiendo a reuniones en Asia, incluyendo una visita a nuestros banqueros chinos. ¿Podrían imaginarse una reunión de Palin con los chinos o, a esos efectos, a Palin llevando a cabo un examen político sobre la situación en Afganistán, aquellos que acusaban a Barack Obama de ser inmaduro e inexperto? Como en Pakistán, Corea del Sur, Corea del Norte, Oriente Medio y, por supuesto, el sorprendente conflicto georgiano-abjazio — del que no creo que tenga ningún conocimiento, estando tan alejadas esas naciones de Alaska.

Siendo este el caso, el Instituto para el Estudio de Sarah Palin debería examinar la forma en que fue elegida como candidato a la vicepresidencia por John McCain — y de por qué McCain, dando pruebas absolutas de un juicio desastroso y del tipo de lamentable oportunismo político que se ha labrado una carrera condenando, no se ha recluido en un monasterio y hecho voto de silencio absoluto teniendo en cuenta que cualquier cosa que diga post-Palin va a ser juzgada en función de su elección de ella.

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Un terreno de estudio adicional tendría que abordar la mentalidad de los antiguos asesores de campaña de McCain que siguen criticando a Palin por haberse resistido a ser la marioneta que esperaban que fuera. De que se desquició no me cabe duda — pero sólo después de que ellos hubieran empezado volviéndose idiotas y ayudando a elegirla. Vivirán condenados a la ignominia política por no dimitir de la campaña cuando era lo que procedía.

El Instituto para el Estudio de Sarah Palin podría concluir que ella representa el momento exacto en el que los Republicanos importantes abandonaron la democracia. Claramente es percibida como un cascarón vacío que podría ser controlado por sus mentores intelectuales. ?stos incluyen a las juntas editoriales del Weekly Standard y el Wall Street Journal, ninguno de los cuales contrataría a Palin para redactar un editorial pero que estarían encantados de verla como presidenta de los Estados Unidos. A estas personas no les importa que como poco la dama sea un demagogo — ¿se acuerda de los «tribunales de eutanasia»? — y tampoco, visto fríamente, que sea muy sensata. Si dimite como gobernadora de Alaska en la noble búsqueda de dinero, ¿podría dimitir, digamos, siendo vicepresidenta o presidenta por el mismo motivo? Suele decirse que nunca se es demasiado rico.

Supongo, también, que el Instituto para el Estudio de Sarah Palin podría repartir montones de estudios acerca de nuestra era del famoseo y de cómo ella, después de todo, es sólo una más. Como la mayoría de las famosas, es un vehículo para la venta de algo: un libro, una revista, un programa de televisión o un régimen dietético. Esto es esencial, dado que somos un gran país sin una gran industria y por tanto dependemos por completo de la producción de fama, que es lo que sabemos hacer mejor ?? no siendo los coches y el acero y los detergentes sino recuerdos distantes.

Finalmente, el Instituto para el Estudio de Sarah Palin reflexionará acerca de lo que ella representa. Disfruta de una popularidad fenomenal entre los Republicanos — 76% — que tienen una fe irracional en que no sería una presidenta tan mala. Lo que quieren decir es que actuará por resentimiento — decapitando a las personas y las instituciones que ellos odian. El Movimiento Palin consume vileza de alto octanaje y sólo por estas razones es digno de seguirse y estudiarse.

Puede que sea demasiado pedir que Bush dedique su dinero a algo útil en lugar del monumento presidencial estándar de autobombo. Esta, sin embargo, es su oportunidad: estudiar a Sarah Palin. Si ella tiene éxito, entonces todos perdemos.

Richard Cohen
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