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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

No es que se puedan conceder muchas esperanzas al anuncio de ETA. Esperanzador será el día que anuncien a cara descubierta que entregan las armas y que renuncian a la lucha armada. No hay proyecto político que merezca la vida de un ser humano.

No es que se puedan conceder muchas esperanzas, digo, pues no sabemos si se trata de una tregua temporal o definitiva  pero sin duda hoy estamos mejor que hace un año pues, como ha dicho el gobierno, este es «un paso mas». Sólo queda saber  en que dirección.

La banda terrorista cuenta con menos apoyo social cada día. Su lucha, sus reivindicaciones y su forma de expresarlas forman parte de otro tiempo. Y que algo se estaba moviendo en ETA era un secreto a voces.

Hace dos días, TVE  daba a conocer en exclusiva un documento interno de la izquierda abertzale en el que se instaba a ETA a abandonar las armas definitivamente.  Es la primera vez que piden algo así públicamente y no solamente pedían eso: también el cese de las coacciones y «la reparación a las víctimas». El documento, cobra hoy un especial valor.

Pero la tregua tiene también muchas lecturas políticas.

Los agoreros sabrán encontrar pronto fisuras a lo que está ocurriendo. Mayor Oreja despertará sus teorías y otros lo enmarcarán en la proximidad de las elecciones y la necesidad de ETA -arruinada económicamente- de volver a participar.
Es muy posible que, de nuevo, se manejen verdades y medias verdades alegremente . De todo hay en este debate y ya vimos durante la tregua anterior que las zancadillas no escasean, aún a riesgo de romper las esperanzas de paz. No actuaban, claro, de la misma manera cuando era Aznar quien perseguía la paz.

Pero Zapatero hizo del proceso de paz su gran proyecto político. Cualquier posibilidad de que ese proyecto culmine será automáticamente descalificada por la oposición, lo cual es absolutamente mezquino. Porque la paz es un proyecto político ambicioso y de lo más edificante y sobre todo porque representa el anhelo de miles de personas.

Hoy estamos mejor que hace un año y en buena parte hay que darle las gracias a la política del gobierno de Zapatero. Unas veces será acertada, otras no tanto, seguramente, pero siempre bienintencionada. Tan bienintencionada al menos como cuando era Aznar quien la protagonizaba.

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