Se ha dicho que los medios globales habían «comprado la propaganda» de la Generalitat catalana y proyectado una visión de la crisis favorable a los independentistas. Aunque otros creen que desde los editoriales se ha evidenciado mucho respaldo al gobierno de Rajoy. Pero la realidad es que en la prensa internacional se han podido leer toda clase de artículos de opinión a favor de unos y de otros y las informaciones han tratado de reflejar fielmente los acontecimientos, reivindicando su independencia. Así, a diferencia de lo que sucedió en España y a pesar de los intentos por negar que hubo un uso excesivo de la fuerza el 1-O, la gran mayoría ha constatado, muchas veces con sus propios corresponsales in situ, que hubo cargas policiales contra manifestantes pacíficos y un número de heridos excesivo para una democracia europea. El informe de HRW ha sido destacado de hecho también en varios medios.

Aunque en los editoriales de muchas grandes cabeceras internacionales también se han defendido análisis de todo tipo sobre el conflicto territorial: que el referéndum no da legitimidad política y legal para declarar la República catalana, que una DUI sería «desastrosa», al igual que aplicar el artículo 155, reflexiones sobre si Sánchez y Cuixart son presos políticos,  que el 155 no solo no es antidemocrático, sino que Rajoy no tiene otra opción que aplicarlo o que al contrario aunque tenga la ley de su parte sólo puede ganar este conflicto a largo plazo con persuasión. Hemos seleccionado siete artículos que demuestran que los medios globales están haciendo un «relato» propio e independiente de la crisis catalana al margen de los mensajes que más interesan al gobierno español o al catalán.

The New York Times cree que tanto una DUI como el 155 serían «desastrosos» y reparte culpas por haber llegado hasta un punto tan serio en esta crisis. En su editorial del 19 de octubre sostenía que aún se podía «distender» el conflicto entre España y Cataluña, advirtiendo de que tanto una DUI como el 155 serían “desastrosos”. Afirmaba que estaba claro que el gobierno de Rajoy «tiene la legalidad de su lado, pero su gestión del conflicto sólo está sirviendo para arrinconar a Puigdemont». Pese a todo defendía que la puerta “aún no se ha cerrado” del todo y ambas partes todavía pueden hacer “concesiones o enviar señales conciliadoras para evitar el abismo», pidiendo a Rajoy y Puigdemont que «muestren verdadero liderazgo”.

 

En una crónica posterior de su corresponsal, Raphael Minder, señala que el pulso entre España y Cataluña ha alcanzado un punto realmente serio con el anuncio del gobierno central de que dará el “drástico paso” de relevar a los líderes independentistas catalanes. Sostiene la situación “probablemente nunca debería haber llegado a este extremo”, pero cree que la culpa de ello es repartida. Señala tanto a Puigdemont como a Rajoy por sus “errores de cálculo” que ahora dejan a los catalanes y a todos los españoles frente a un grave desafío al consenso democrático. Y advierte además de que puede haber “trampas potencialmente peores” en el “precario y altamente incierto camino” que ha tomado esta moderna democracia europea.

Wall Street Journal dice que el 155 no es antidemocrático y que Rajoy quiere usarlo para «impedir que triunfe la ley de la calle» en Cataluña. Su editorial del 24 octubre titulado»Rule and law in Catalonia» (algo así como imperio de la ley en Cataluña) defendiendo que era propio de un «mundo patas arriba considerar que un gobernante elegido que aplica una constitución democrática sea acusado de dar un golpe de estado». Y sostiene que esto es lo que ha pasado en Cataluña, al mostrarse los independentistas furiosos con Mariano Rajoy por su intención de suspender la autonomía y forzar elecciones para resolver la crisis territorial. Niega los argumentos de la Generalitat de que están legitimados por la votación a favor de la independencia del 1-O asegurando que en realidad lo que se vio fue «una mayoría de la minoría de catalanes que participaron en un ardid publicitario disfrazado de elecciones…. un intento de que imperara la ley de la calle». Califica el 155 de «medida draconiana», pero defiende que «no tiene nada de antidemocrático», añadiendo que «Rajoy no tiene muchas más opciones» y que con él intentará «impedir que triunfe la ley de la calle hasta que los votantes se hagan responsables».

Financial Times pide a los independentistas que den un paso atrás en favor del diálogo, porque no tienen legitimidad para una DUI . Su editorial del 4 de octubre ya advertía de que declarar la independencia unilateralmente sería “una acción irresponsable sin validez legal ni legitimidad política” por parte de la Generalitat. Añadía que además se encontraría con una “gélida respuesta” de los aliados de España en la UE y EEUU, sosteniendo que la “primordial necesidad ahora mismo” en España es que el gobierno central y el regional de Cataluña abran un contacto para intentar calmar las tensiones. Y apuntaba asimismo que “idealmente” estos contactos desembocarían en un diálogo que incluyera a los partidos de la oposición para intentar actualizar los acuerdos autonómicos. La idea de que el referéndum a los independentistas catalanes carece de base legítima y política para declarar la independencia ya la defendía el FT desde mediados de septiembre, insistiendo en el diálogo político como única salida.

BBC entrevista a la esposa de Jordi Sánchez y plantea la cuestión de si es o no un preso político. La TV británica destacó el encarcelamiento de los dos líderes de ANC y Omnium y publicó un reportaje de su corresponsal Tom Burridge en el que hablaba con Susana Barreda, esposa de Jordi Sánchez, que explicó que nunca pensó que su marido pudiera ir a la cárcel por encabezar protestas pacíficas. Ante la pregunta de que el Estado español niega que Sánchez sea un preso político, ella responde: «Yo creo que es una falsedad. Si no es un preso político ¿qué es sino? No es un político, pero está en prisión por defender sus ideales.

Le Monde critica a Puigdemont y los independentistas por llevar a España a una «tragedia», practicando “la política de lo peor”. En su editorial del 23 de octubre afirma que la “raquítica” mayoría independentista ha apostado por una radicalización y demostrado estar “dispuesto a cualquier deriva”, lo que ha empujado al gobierno central a suspender la autonomía catalana. Sostiene que esto es una “tragedia” para España porque el enfrentamiento podría volverse violento. Y se muestra extremadamente crítico con los líderes catalanes, por jugar a que el 155 va a reforzar su causa y por ello apostar por la estrategia de la tensión y por la podredumbre del conflicto. “Se puede tener la mayor simpatía por las aspiraciones de los catalanes de cara a una mayor autonomía. Se puede denunciar la actitud pasiva de Madrid desde 2010. (Pero) no se puede obviar que el señor Puigdemont tiene poco respeto por la democracia”, También le acusa de recurrir a una “retórica victimista” que quiere hacer creer, “de forma grotesca”, que Cataluña sufre el regreso de la dictadura franquista”. A lo que Le Monde responde: “no es el caso”.

 

El primer diario francés ha mostrado una cierta evolución en su análisis de la crisis catalana, ya que en un editorial anterior del 12 de septiembre, calificaba el enfrentamiento de los gobiernos de Madrid y Barcelona de “absurdo”, pidiéndoles que “entrasen en razón”, señalando que la mejor salida sería como sucedió en Escocia, permitir un referéndum y convencer a los catalanes de una “verdad”: su futuro europeo es seguir en España.

Bloomberg pide a España “dar otra oportunidad a la persuasión” en Cataluña.“Aplastar a los independentistas catalanes no es la respuesta, hay una solución mejor: más persuasión”. Es lo que defiende un editorial de la prestigiosa agencia de noticias estadounidense que señala que si la crisis catalana fuera una “lucha de fuerza”, Rajoy no podría perderla, pero “no es tan sencillo”. De hecho señala que a pesar de que ahora se ven unas nuevas elecciones regionales como posible salida, el resultado podría ser de nuevo un panorama similar. Por eso considera que el “ciclo se debe romper con persuasión” y sostiene que muchos catalanes podrían ser receptivos a un acuerdo si se les dan “buenas razones”. Y aunque advierte de que Rajoy también tendrá que convencer al resto de España de lo conveniente de buscar una “solución complaciente”, la alternativa puede ser ganar el conflicto actual a corto plazo “y lamentarlo más tarde”.

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