Un informe del gobierno británico [ver pdf ] ha analizado el consumo de 14 tipos de medicamentos en 14 países del primer mundo. Se ha comparado las dosis tomadas per cápita y el resultado es que EEUU figura como el nº1 a nivel mundial, seguido por España, Francia, Dinamarca y Australia. El blog Retiario analiza los datos en función del tipo de fármaco. Y el estudio se presta a hacer reflexiones sobre la calidad de diversos sistemas sanitarios.

Botes de fármacos
(Foto: Flickr/OsvaldoElgueta)

Estados Unidos figura como el primer país en términos absolutos y también en consumo de antipsicóticos, medicinas para la demencia, artritis reumatoide y congestión respiratoria. España está segunda en el ranking global pero ocupa el primer puesto en consumo de medicamentos para la osteoporosis, el segundo en Hepatitis C y terapias hormonales contra el cáncer y el tercero en antipsicóticos, fármacos para la demencia y cáncer de más de 10 años.

Esto coloca a España como el país de Europa que más medicamentos consume. ¿Pero en qué lugar deja al sistema sanitario? Algunos analisis se han apresurado a usar este estudio como evidencia de la «irresistible atracción de la sanidad española por los fármacos». Pero la realidad parece ser algo más compleja. Un blog de la revista Nature que analiza los datos considera que en algunos casos el exceso de consumo de medicinas no implica de por sí una mayor calidad de la atención médica en el país, ni el defecto, lo contrario. Para ciertas enfermedades el alto consumo puede «indicar fallos en la prevención, pero en otras significa que los pacientes están recibiendo el mejor tratamiento posible».

El estudio solo analiza medicamentos para enfermedades graves -esclerosis, cancer, hepatitis…-. Deja de lado por ejemplo los analgésicos. Pero en cuanto a consumo de estatinas, un fármaco para reducir el colesterol que algunas voces dicen que se consume en exceso, España figura en 10º lugar en comparación con otros países. Y en cuanto a los anticancerígenos, el consumo español es alto pero sobre todo de las medicinas más antiguas y de las terapias preventivas por encima de fármacos de última generación.

Paradojicamente el informe fue encargado en Gran Bretaña ante las acusaciones de que su sistema sanitario «escamotea» medicinas a sus enfermos en comparación con otros países. De hecho alli existe un organismo gubernamental que se encarga de evaluar la efectividad (en términos de coste/beneficio) de diferentes terapias y los resultados son tenidos en cuenta por los médicos a la hora de recetar diferentes medicamentos. Y al parecer los resultado del estudio ya han provocado algunos cambios en el sistema.

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