El alto nivel de contaminación en la capital de España y la denuncia de que el Ayuntamiento intentó ocultarla cambiando los sensores de medición de las zonas con más tráfico a otras con jardines ha llegado a las páginas del Financial Times y del Corriere della Sera. El diaro británico explica que el asunto «avergüenza al alcalde de Madrid» y el italiano habla de «burla».

Contaminacion en Madrid
(Foto: Flickr/Costra_blanca7))

El Financial Times trata el tema en una crónica de Víctor Mallet titulada «Una presunción sobre el aire limpio avergüenza al alcalde de Madrid». En el texto se dice «cuando Alberto Ruiz Gallardón alardeaba de la gran reducción de la polución del aire desde que se había hecho cargo de la alcaldía en 2003, pareció un momento de celebración para los residentes de la ciudad y un avance medioambiental… Desgraciadamente para él, y para los 3,3 millones de habitantes de la capital, los investigadores han llegado a la conclusión de que las mejoras en la calidad del aire eran una ilusión».

Explican que «la Fiscalía General del Estado descubrió que en 2009, el Ayuntamiento de Madrid había cambiado discretamente casi la mitad de sus sensores de polución, de calles colapsadas por el tráfico en el centro de la ciudad, a parques y jardines. Activistas verdes han expresado su indignación y Rosa Aguilar, la Ministra de Medio Ambiente del gobierno socialista, acusó al ayuntamiento, de derechas, de mirar hacia otro lado en lugar de hacer frente a la horrible calidad del aire de la capital».

El Corriere della Sera desde Italia es aún más duro y publica un texto de su corresponsal Elisabetta Rosaspina que resume: «La burla del aire puro desplazando los sensores. El alcalde: contaminación neutralizada. La fiscalía: datos trucados». Y detalla como el escándalo está provocando a nivel político una «sucia guerra de contaminación».

Explican que «según los resultados de una investigación de la fiscalía de Madrid, la mitad de las cabinas que deberían registrar la tasa de bióxido de ázoe y de bióxido de carbono, en las zonas de mayor tráfico de Madrid, desde hace un año están de vacaciones en parques y jardines, con efectos tranquilizadores en los boletines municipales que certifican la calidad del aire. La fiscalía ha extendido las investigaciones a otras ciudades (Barcelona, Sevilla, Valencia). Se ha desencadenado un contencioso político entre el gobierno central, socialista, y la municipalidad de Madrid, sólidamente en manos del PP».

«Además de defenderse, Gallardón ha pasado al contraataque, sosteniendo que los efluvios nocivos que se respiran en Madrid son una consecuencia directa de la política fiscal de Zapatero que ha incentivado el uso y la adquisición de automóviles con motor diesel, mucho más contaminante. Inesperadamente, con el alcalde se ha alineado la gobernadora de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también del PP pero en añosa competición con Gallardón. Sin embargo, el fiscal Vercher no cree que el aire analizado en los jardines pueda ser tomado como muestra del aire de la ciudad».

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