En las cárceles españolas hay más reclusos en proporción que en la mayoría de países europeos, pero además estos pasan bastante más tiempo encerrados, ya que España es el cuarto país con estancias más largas, solo por detrás de Portugal, Rumanía y Azerbaiyán. Son datos extraídos de un informe del Consejo de Europa que analiza anualmente la situación carcelaria en 47 países del continente. Entre los datos positivos de España figuran un recorte continuo en el número de reclusos desde 2010 y un descenso drástico de la masificación en las prisiones.

(Foto: Flickr/Jobsforfelonshub)

En 2016, en España había 130,7 presos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media europea es de 127,2, según el estudio SPACE1 que hacen cada año el Consejo de Europa y la Universidad de Lausana. Estas cifras colocan a España ligeramente por encima de la media en población reclusa, aunque hay grandes diferencias entre países en este ámbito. Así por ejemplo, naciones como Turquía, Azerbaiyán o Letonia superan los 200 presos por cada 100.000 habitantes, mientras otras como Suecia o Finlandia tienen 60.

España además supera también la media europea en otros dos aspectos: en porcentaje de mujeres presas, 7,6% frente al 5,3 % en el conjunto de Europa, y el en de extranjeros recluidos, con un 28,5%, muy por encima del 11,6% europeo. En cambio se confirma la reducción continua de la tasa de encarcelados que es ahora un 8,9% menos que hace diez años.

Pero quizá el dato más contundente del informe sea el de la duración de las estancias en prisión. En España el tiempo de internamiento medio es de 21,9 meses, mientras que en el resto del continente la media es de 9,8 meses. Esto coloca al país como el 4º de Europa con estancias carcelarias más largas ya que sólo le superan tres países: Portugal, Rumanía y Azerbayán. Y muy por delante de las otras grandes economías de la UE como Alemania, Francia o Reino Unido, donde la estancia media es de 8,2 meses, 8,5 y 9,1, respectivamente.

Incluso Italia está muy por detrás de España en este campo con un tiempo de internamiento medio de 13,7 meses. Los últimos endurecimientos del Código Penal español han propiciado esta situación y duplicando en dos décadas la estancia media en la cárcel.

El aspecto más positivo del informe del Consejo de Europa para España es en cambio la reducción de la masificación carcelaria. De hecho el recorte ha sido drástico: de tener una densidad carcelaria de 119,5 internos por cada 100 plazas en 2015 y ser el 4º país con más masificación, a pasar a una cifra de 71,8 internos en 2016 y colocarse como la 6º nación con menor densidad de las 47 analizadas. ´

Aunque parte de esta espectacular reducción se debe a que las autoridades penitenciarias españolas han cambiado la forma de contar las celdas disponibles al usar la llamada «capacidad operacional», que permite ampliar el número de reclusos que se pueden acoger. En concreto las cárceles españolas se han beneficiado de tener unas dimensiones lo suficientemente amplias para albergar a más de un preso, pasando de tener espacio para 53.508 reclusos en 2015 a poder albergar a 84.478 con la nueva configuración.

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