La decisión de la Juez Lamela de encarcelar a los líderes de la ANC y Omniun, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, por organizar manifestaciones para impedir que se llevaran a cabo operaciones policiales es analizada por periodistas, políticos, abogados y corresponsales extranjeros. Muchos resaltan que el delito de sedición por el que se acusa a «los Jordis», existió y por tanto la orden judicial se limita, cumpliendo con la separación de poderes, a aplicar el Código Penal. Pero la sensación general es que la prisión preventiva y sin fianza en este caso es «excesiva», incluso «innecesaria» y complica la solución política a la crisis catalana «echando más gasolina» al conflicto.

Michael Reid, de The Economist: «Difícil pensar en una decisión judicial más burdamente estúpida que encarcelar antes del juicio a dos líderes del movimiento independentista catalán.»

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