Un artículo de opinion de Pierre Piccinin en el diario belga L´Echo analiza los problemas de España para afrontar su pasado, en especial los años del franquismo. Y como ejemplo de esta situación cita las diferencias de trato dadas en nuestro país a dos personajes, el juez Baltasar Garzón y el ex presidente del COI recientemente fallecido Juan Antonio Samaranch: honores para uno, desprobación para otro.

Samaranch y Franco
(Foto: Flickr/Jordi Chueca)

??Las víctimas parece que ahora molestan más que los verdugos. De este modo, en el pasado abril, el marques Juan Antonio Samaranch, alto funcionario de los gobiernos franquistas, que obtuvo al final de su carrera la presidencia del CIO (Comité olímpico internacional), recibía honores en unos funerales casi de Estado. Por el contrario, por haber tenido el valor de hacer frente a lo prohibido haciendo abrir una fosa de la época de la guerra civil, donde permanecían las víctimas del gobierno franquista, el juez español Baltasar Garzón ha sido suspendido de sus funciones por la magistratura de su país», empieza diciendo en el artículo.

Pierre Piccinin es historiador y profesor universitario en la Escuela Europea de Bruselas y en Universidad Libre de la capital belga (ULB). Repasa en su texto algunos de los pasaje de la historia de España tras la Guerra Civil y las actuaciones recientes y asegura: «está claro, los viejos fantasmas molestan aún, y para muchos, sería mejor dejar a los muertos donde están, en las páginas de historia??

También responde a los argumentos que defienden la equidistancia: «Algunos protestan y defienden que victimas y abusos ha habido en los dos campos…. pero, más en serio, no fueron los republicanos los que derrumbaron la democracia con un golpe de estado y enviaron a miles de opositores al pelotón de fusilamiento. Jean-Jacques Rousseau decía que «no hay libertad sin justicia». Baltasar Garzón no tiene otro objetivo que devolverle su libertad a España.»

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