Hace menos de una semana, la ONG denunció con «nombre y apellido» a Expal, una empresa española que fabrica bombas de racimo. La acción de protesta también iba encaminada a pedir al gobierno de Zapatero que se comprometa a apoyar un Tratado de prohibición de las bombas de racimo sin excepciones en la Conferencia de Dublin que se celebra estos días. Ahora además Greenpeace ha vuelto poner en entredicho las acciones españolas, esta vez en relación a la pesca, protestando contra un atunero vasco.

Activistas de Greenpeace se enfrentaron al pesquero Albatun Tres en aguas de Kiribati, en el Pacífico Sur, en protesta por su sistema de pesca. Trataron de impedir que recogiese el pescado atrapado en sus redes y desplegaron una pancarta flotante con la leyenda «Sin pescado, sin futuro».

Greenpeace considera que la pesca excesiva del atun daña los ecosistemas del océano y provoca escasez. Están desarrollando una campaña para concienciar a los países del Pacífico Sur de la gravedad de este problema

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La ONG precisa que un barco como el Albatun Tres, considerado el mayor atunero del mundo, puede apresar más de 3.000 toneladas de peces en un sólo viaje. Los propietarios del barco por su parte aseguran que tienen todas las licencias.

Pero lo que la ONG reclama es un cambio de perspectiva más general y de la política de pesca española. De igual forma que su acción en Expal, la empresa española que fabrica bombas de racimo también fue una forma de llamar la atención de la sociedad y los políticos sobre la necesidad de actuar sin hipocresía en estas cuestiones.

 

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