Jonathan House del WSJ/Dow Jones explica en radiocable.com que el escándalo de corrupción en España y los problemas políticos en Italia han provocado una reacción de los mercados y posiblemente el fin de la «tregua» de los últimos meses. Asegura que los analistas temen que el gobierno de Rajoy esté herido políticamente y tenga menos fuerza para hacer reformas impopulares.

Jonathan House explica que en los mercados, tras la explosión del escándalo Bárcenas «hemos visto desde el lunes una reacción bastante fuerte. El rendimiento del bono español subió a su nivel más alto del año, hubo una caída importante de la Bolsa… yo creo que todo esto ha pillado un poco por sorpresa a la comunidad internacional. Y nosotros entendemos que todo esto es achacable a los problemas políticos que hay ahora en España y en Italia, donde el ascenso en las encuestas de Berlusconi preocupa bastante a los mercados».

En cuanto a si este impacto va a prolongarse, el corresponsal del WSJ asegura: «según los analisis que yo he visto, es posible que el periodo de prolongada mejoría en las condiciones financieras de los últimos meses puede haber terminado. Al menos una etapa. Los fundamentos de la economía y la situación de gobernanza europea a lo mejor no justifica mucha más mejoría y entendemos que podemos estar entrando en un periodo de mayor volatilidad: ventas un día, recuperación al día siguiente… pero sin un movimiento prolongado en una dirección o en otra».

Jonahtan House valora también las palabras del presidente de la CEOE que calificó el escándalo de corrupción de «catastrófico» para la imagen de España y que podría perjudicar a las empresas: «entiendo que esto puede afectarlas en la medida en que las empresas dependen de financiación de los bancos que a su vez dependen de los mercados financieros. Y si hay mayores dificultades para obtener financiación, por supuesto tendrá un impacto sobre las empresas».

El periodista del Wall Street Journal también apunta que ahora los analistas internacionales «no temen tanto por la estabilidad del gobierno como por el efecto que todo el escándalo puede tener sobre la agenda de reformas del gobierno. Se teme que al estar herido políticamente, el gobierno tendrá menos fuerza para hacer reformas difíciles e impopulares».

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