En el otoño de 2005 graves revueltas sacudieron los suburbios francesas. Veinte años antes algo parecido había tenido lugar en Inglaterra. En ambos casos los factores que desencadenaron las manifestaciones violentas tenían que ver con la desesperanza de los jóvenes de las minorías etnicas, en su mayoría de origen inmigrante. España aún no ha vivido una confrontación similar, entre otras cosas por que el fenómeno de la inmigración es relativamente reciente… pero en el futuro podría sucedernos. Un estudio del Real Instituto Elcano examina las lecciones que se deben sacar de los casos franceses y británicos para no repetir los errores y evitar que se repitan estas situaciones.

Mezcla racial
(Foto: Flickr/Megazoi)

Según Daniele Joly, del centro de Investigación en relaciones étnicas de la Universidad de Warwick en Coventry, responsable del analisis, hubo varios elementos comunes en las revueltas de inmigrantes en Francia y Reino Unido: fracaso escolar, paro, pobreza, un falta de futuro, racismo, discriminación, humilllaciones cotidianas e injusticias. Todo eso provocó, especialmente en los jóvenes inmigrantes de segunda generación un fuerte sentimiento de impotencia generado por la imposibilidad de hacerse entender.

Para evitar que germine una semilla similar en España aconseja una aproximación basada en cinco puntos: facilitar la plena participacion de las poblaciones de origen inmigrantes en la sociedad; reconocer y dar valor a la diferencia; introducir programas sociles para los que están en situación de desventaja tanto entre los inmigrantes como en la población en general; aplicar medidas eficacs contra la discriminación y el racismo; y lanzar una campaña de información y educación que resalte la aportación positiva que tienen los inmigrantes y las minorías etnicas.

Joly explica que en el caso británico, una norma de la Commonwealth de 1948 no pensada para los inmigrantes pero que no se modificó, permitió a muchos conseguir la nacionalidad británica de forma inmediata y fomentó su participación en la sociedad. En Francia en cambio, los inmigrantes fueron marginados durante mucho tiempo y les fueron negados los derechos ciudadanos. Incluso muchos hijos de inmigrantes pese a tener formalmente la nacionalidad francesa siguen teniendo el estatus de «llegados de la inmigración» que puede condicionar su situación.

Por eso defiende que en España se continúe con la política de facilitar la nacionalización de los ciudadanos procedentes de America Latina y se fomente la integración de los que llegan de otros lugares. Pera ello recomienda otorgarles por ejemplo el derecho al voto en las elecciones locales -ya que en esta dimensión local es donde se obtienen mejores resultados de participación- y promover y financiar la creación de asociaciones de inmigrantes.

Además señala que en comparación con Francia y Gran Bretaña, nuestro país tiene  varias ventajas: no tiene el peso de una herencia colonial que nutra al racismo y no tiene un movimiento político de extrema derecha que ha construido su fuerza sobre la base del racismo y de un discurso anti-inmigrantes. Aunque la autora del estudio avisa que en la última campaña electoral y en algunas manifestaciones recientes, la imagen negativa de la inmigración como una amenaza y un peso han tenido su hueco, por primera vez.

El analisis del Instituto Elcano considera que los políticos tienen una responsabilidad crucial en este tema ya que son en buena parte los que determinan la consideración de los inmigrantes en la sociedad. Y resulta vital fomentar una imagen positiva. Cita como ejemplo el caso de Canada, un país con una política de integración de gran éxito…donde los políticos y los medios no cesan de dar valor a la aportación positiva que los inmigrantes han traído a la sociedad.

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