La decisión de Nueva Rumasa de acogerse a la Ley Concursal (la antigua suspensión de pagos) ha provocado muchas reacciones en la blogosfera. Muchos temen que se repita la situación que motivó la expropiación de 1983 y que los 5.000 inversores se queden «colgados». También se debate sobre si el Gobierno debería ayudar o no a la empresa y sobre todo acerca de la credibilidad de la familia Ruiz Mateos como empresarios.

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Jesus Maraña en Buzon de Voz cree que el verdadero problema de Nueva Rumasa es la nula credibilidad de los propietarios cuando garantizan su viabilidad futura. La imagen ofrecida ayer por la familia Ruiz-Mateos con su patriarca al frente, al anunciar la presuspensión de pagos de sus diez mayores empresas, era una invitación a entrar en el túnel del tiempo».

Pepe Contreras lamenta en su blog pese a «los millones de euros invertidos en publicidad en medios de comunicación… ahora destripan sin piedad de nuevo a los Ruiz-Mateos». Y considera que «viendo como se inyectan miles de millones de euros a cajas de ahorros pésimamente gestionadas, se nos antoja como poco complicado echar una mano a Nueva Rumasa, de la que dependen 10.000 trabajadores en España«.

Miguel Puente en Caótica economía sostiene que «no me entra en la cabeza que los inversores, gente que tiene dinero para regalar durante un cierto tiempo a cambio de un tipo de interés, que en este caso debían invertir un mínimo de capital y que por tanto excluía a un grueso de la población altamente desinformada, hayan caído, de nuevo.»

Rafael Rubio subraya «que en medio de una crisis financiera como la que estamos viviendo, pueda una compañía apelar al ahorro público a través de los grandes medios de comunicación sin ningún control resulta increíble… No sólo tenemos que reordenar el sistema financiero para ganarnos la confianza de los mercados exteriores, debemos cambiar ciertas sensibilidades en lo que afecta a los riesgos de los pequeños ahorradores e inversores».

David de Francisco en su blog Puedo prometer y prometo considera que «Nueva Rumasa sonaba tanto a Rumasa que finalmente está abocada a seguir el mismo camino«.

El Blog Salmón advierte que «la operación tenía demasiada miga y que antes o después, las pelotas de pagarés explotan. Les explotan a las pymes y les explotan a las grandes empresas, más aún cuando el reclamo son intereses del 8% o del 10%. Trampa golosa para incautos que deben comenzar a buscarse unos abogados mercantiles potentes».

Desde el blog Cifras advierten que «Nueva Rumasa empieza a caer en un posible puzzle de complicadas consecuencias».  Y creen que «los 5.000 inversores que compraron pagarés de sus empresas o entraron en las ampliaciones de capital, lo van a tener más crudo para recoger todo lo invertido y con toda seguridad con una dura negociación para cobrar parte de los intereses prometidos».

En La página aleatoria se plantean «veremos cuánto tardan en salir los «afectados» a pedir que el gobierno se haga cargo del tema y a echarle la culpa a Zapatero. Les doy el día de hoy. Como el gobierno les haga caso, lo próximo será pedirle que nos devuelvan el dinero que nos costó el décimo de lotería de Navidad».

El blog Submundos defienden que «en tiempos de crisis, y especialmente en una como la presente, los gobiernos deberían de dar facilidades a las empresas para que no sucedan éstas cosas. O al menos no poner impedimentos».

En Blogomía subrayan que la empresa deja «colgados» a 5.000 pequeños inversores pero aseguran que había motivos para la sospecha: «Cuando te ofrecen un 10% cuando el mercado esta a un 2%, no hace falta ser un lince para sospechar que algo pasa. A que esta vez no lo expropian, esta vez no interesa. La avaricia rompe el saco».

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