La intervención militar aliada contra el regimen de Gadafi ha provocado un fuerte debate en Internet. Una parte de la blogosfera defiende que la causa en Libia es justa y la guerra es un mal menor, mientras otros consideran que los derechos humanos y la democracia nunca vienen de la mano de una operación militar. En lo que sí hay bastante coincidencia es en rechazar las comparaciones con la invasión de Irak.

Un rebelde en Libia
(Foto: Flickr/Joel Silva SFP)

Jordi Perez Colomé en Obama World habla de las razones para intervenir:  «una es la preocupación por los civiles. No lo dudo. Hay más: Estados Unidos temía que dejar a un Gadafi enfadado en el poder podía ??llevarle al terrorismo? de nuevo. El ministro de Defensa libio, poco antes del voto, dijo que una intervención extranjera les llevaría a contratacar en la cuenca del Mediterráneo».

Isaac Rosa en su blog Trabajar cansa se pregunta «si la guerra es el último recurso, significa que antes se han agotado todas las vías. ¿De verdad se agotaron todas las vías? ¿Se han llegado a explorar siquiera? Más bien parece que desde el principio estaba claro que la única vía era la militar, y no se intentó nada».

Ignacio Escolar desgrana sus dudas sobre esta guerra: «¿Quién ocupará el lugar de Gadafi? ¿Será otro tirano ??amigo? al que después permitiremos los mismos atropellos que tantas veces Occidente ha respaldado? ¿Quiénes son esos líderes ??rebeldes? a los que Francia ya reconoce como Gobierno legítimo? ¿Por qué Libia y no Bahrein? Y mi principal pregunta: ¿cuál es la alternativa a no hacer nada?»

Lluis Bassets en De alfiler a Elefante considera que no hay guerras buenas, pero si guerras justas: «A veces no hay más remedio que elegir entre dos males… el mal mayor avanza gracias a su pasividad, su equidistancia o su cinismo. La guerra también es esto: la obligación de elegir, a la que nadie puede sustraerse». Y explica «que esta acción militar contra Gadafi sea justa puede ser objeto de discusión. Pero el único argumento que no sirve es parangonarla con la de Irak para convertirlas en justas o injustas a ambas.

Iñigo Saenz de Ugarte reflexiona en Guerra Eterna sobre si los aliados podrían tener como objetivo matar a Gadafi: «si la guerra se prolonga durante varias semanas, encontraremos opiniones más claras y rotundas a favor del asesinato de Gadafi. Los escrúpulos se irán reduciendo cada semana y la idea de que los ejércitos occidentales están atacando Libia para impedir las matanzas de civiles empezará a perder fuerza».

Hugo Martinez Abarca asegura en su blog compara Libia con Irak, pero el de 1991: «Quienes preguntan cuál es la alternativa a la guerra no harían mal en mirar cuál es la alternativa que están defendiendo: a qué condujo algo tan parecido… ninguna de las bombas que hemos arrojado sobre Irak desde 1991 hasta hoy ha acercado la libertad ni el bienestar a los kuwaitís ni a los irakís. Aquello era simple propaganda al servicio de intereses geoestratégicos».

Juan Carlos Escudier considera en su blog que «los países que bombardean Libia al amparo de la ONU se han empeñado en negar que el objetivo de sus ataques sea derrocar a Gadafi… parece obvio que la operación persigue acabar con al régimen, ya que lo contrario sería incomprensible militar y políticamente». Pero cree que si Gadafi se encastilla, la unica opción sería la intervención terrestrre.

Javier Mesonero en Moscas en la sopa asegura «sólo una certeza y es que los derechos humanos y la democracia nunca vienen de la mano de la imposición militar. Vean sino la democracia irakí, o la afgana, donde ya negociamos con los talibanes en otro ejercicio de desfachatez mundial. No les creo. Los que han estado jugando con fuego enfangándose en la mierda del lodazal de intereses con todos los tiranos de este planeta no pueden seguir al frente de nada.

Moeh Attitar en su blog Guerra y paz dice «hay quien quiere recuperar el llamado ??No a la guerra?? que nació de la guerra de Irak, si bien la situación, el contexto, la justificación y consenso internacional son bien distintos. El argumento más repetido es que por qué no se interviene en otras zonas donde se están atropellando al mismo nivel que en la Libia de Gadafi. Añaden que todo es cuestión de intereses, como si los intereses no tuvieran que contar«.

Ricardo Royo Villanova en A sueldo de Moscú defiende «soy partidario de la intervención en los asuntos internos de los países cuando se trata de evitar que se  imponga una dictadura al pueblo que resiste contra ella. Igual que lo correcto hubiera sido en nuestra guerra civil que las democracias occidentales salieran en defensa de la República española acosada por el fascismo… ahora soy partidario de que se evite, con el uso de la fuerza militar si es preciso, que Gadafi siga acosando a los rebeldes que luchan por su libertad».

Roger Senserrich en su blog Materias grises explica: «no sé hasta que punto sirve los intereses de la Unión Europea intervenir activamente. Detener la guerra creo que será relativamente fácil; veremos si queremos ir más allá, y si es factible hacerlo desde el aire al estilo de la (pre) invasión en Afganistán. Pero ir más allá? lo último que queremos es meternos en una guerra civil como policias de tráfico».

El blog Bocanegra asegura: «una guerra nunca debería ser la solución a un problema y siempre deberá ser la última opción, obviamente, pero los que se oponen a la intervención en Libia ¿qué solución planteaban o plantean? ¿Habría que haber dejado a Gadafi aplastar a sus opositores? ¿Cómo habría sido la represión de ese dictador tirano sobre los que se levantaron contra él? La comunidad internacional ya tomo esa decisión (mirar hacia otro lado) en 1936″.

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