La blogosfera reflexiona sobre la actuación de gobiernos y medios en la crisis desatada por la epidemia de la bacteria E.coli y para muchos quien sale más perjudicada es la Unión Europea. Alemania también recibe muchas criticas por su gestión del protocolo y por falta de lealtad europea, el gobierno español algunas por su «lenta reacción» y los periodistas por propagar el miedo, no profundizar o hacer patrioterismo.

 

Un pepino en un laboratorio
(Foto: Flickr/Globovision)

Marco Schwartz en Versión libre: «¿Quien paga por la crisis de los pepinos?» Rebate que «si alguna debilidad pone de manifiesto la crisis de los pepinos, es la de la UE en la gestión de situaciones como esta, para evitar que unas afirmaciones infundadas puedan provocar perjuicios enormes a todo un sector económico de un Estado miembro. Una unión económica, además de la libre circulación de mercancías y capitales, exige también el establecimiento de antídotos que eviten la contaminación de unas afirmaciones irresponsables».

Josto Maffeo en Solo un periodista: «Pepinos, políticos y periodistas«. Se le coja por cuernos o por rabo, esta especie de toro no perdona, ni recibiéndole a portagayola ni tampoco simulando el desdén de una media verónica. Pero, por favor, no le añadamos a todo esto la habitual teoría de la conspiración sin tener ningún elemento en las manos. Tampoco hagamos patriotismo barato, indignación empuñando la bandera nacional. Porque no es un argumento, no soluciona nada y a Europa le hacemos un pésimo favor.

Isaac Rosa en Trabajar cansa: «¿Ya podemos comer pepinos?». Apunta que «mucho más devastador que el E.coli es el virus del miedo, que se propaga por todo el continente sin necesidad de camiones ni palés, y causa una descomposición en las autoridades, los medios y los ciudadanos comparable a la diarrea de la dichosa bacteria…. Al final todas estas crisis suelen quedar en menos de lo temido, pero el susto tarda en pasarse, y a los agricultores españoles les va a costar recuperar la confianza».

Jose María Izquierdo en El ojo izquierda: «¿El pepino y Rubalcaba? Tambien«. Denuncia que «la culpa, lo dicen Abc, El Mundo, La Razón, etc., la tiene el Gobierno de Zapatero y si uno se fija bien, más concretamente Rubalcaba, conocido a partir de hoy como el asesino del pepino, que él solo se ha encargado de arruinar a toda la agricultura española.  Pura coincidencia, ya sé, lo que ayer denunciaba el PSOE  en un tuit del partido, en el que contaba que había tenido acceso a un argumentario del PP  que aleccionaba a sus muchachos de lo que había que decir».

Toni Piqué en Papers papers: «Los pepinos españoles y el periodismo intoxicado«. Critica que «Hemos tenido que esperar seis días seis para leer la excelente pieza «La bacteria de las hamburguesas» que en 570 palabras, algo más de un folio/carilla, informa de la imposibilidad de que los pepinos españoles causaran las muertes, desnuda la precipitación mentirosa de Doña Cornelia y evita pérdidas de entre 175 y 200 millones de euros semanales a la agricultura española. No insulta a la senadora, no la ridiculiza, no se envuelve en la bandera ni hace patriotismo tortillero ni aprovecha para cocear al Gobierno. Informa.»

Jesus Gonzalez en Con acento hispano: «La crisis del pepino sonroja a la UE«. Defiende que Alemania ha dado un mal ejemplo a los europeos en su gestión de la crisis alimentaria… Esa peculiar manera de entender el Mercado ?nico y de buscar a alguien a quien culpar ante la opinión pública alemana cuando algo falla, socaba las bases de la Unión Europea, del sentido de lealtad entre sus socios y de la identidad europea entendida como un espacio común de derechos. Lo más triste es que nadie se atreverá a poner en evidencia a Angela Merkel, mientras la UE se sonroja una vez más».

Javier Perez de Albeniz en El descodificador: «La crisis del pepino«. Sostiente que «la crisis del pepino es la crisis de una Comunidad Europea que ha puesto patas arriba la agricultura y la ganadería. Y de unos europeos que desprecian el campo, manipulan legumbres y hortalizas, destruyen la naturaleza, abusan de pesticidas e insecticidas? Gentes que olvidan que somos lo que comemos. Es la crisis de la alimentación sana.

Eduardo Madinaveitia en Casi enteros: «El pepino y la imagen«. Critica que «después de que las declaraciones de Ángela Merkel sobre nuestras vacaciones y nuestra jubilación, hicieran subir varias décimas el diferencial de la deuda (lo que nos costará a medio plazo muchos millones de euros), lo que nos faltaba es que otra alemana irresponsable hundiera nuestras exportaciones. ¿Alguien se imagina un comportamiento similar respecto a los productos alemanes?

Carmen Quirós en Nudos en la red: «La trastienda de la crisis del pepino» Dice que «a la menor oportunidad de frenar la competencia, se aproveche a toda prisa sin ninguna reserva. Por ese motivo, es importante que la política del Gobierno, más que a proporcionar ayudas, se oriente a generar las condiciones más favorables para que los agricultores españoles acometan labores de infraestructura adecuada para afrontar con éxito los reveses que deriven de esas guerras y se minimicen los daños cuando un episodio como el que marcó esta crisis consiga una victoria transitoria que les cause grandes pérdidas.

Luis Salamanca en Perdonen las molestias: «Pepino amargo» Cree que «El ??pepinazo?, como se empieza conocer la crisis de estos últimos días, empezó y ha terminado (por ahora) cuando Alemania ha querido…. Lo que la crisis del pepino ha puesto de manifiesto, en cualquier caso, es la falta de peso del Gobierno socialista español en el seno de la UE. El Gobierno ha reaccionado tarde y mal en la peor crisis del sector hortofrutícola de los últimos años.

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