La divulgación de 250.000 documentos internos de la diplomacia estadounidense vía Wikileaks ha hecho subir la temperatura de la blogosfera. Las primeras revelaciones fueron calificadas de superficiales, pero las que desvelan las presiones a la Justicia para «tapar» el caso Couso en España han generado gran indignación y críticas muy duras a gobierno, jueces y fiscales. Emilio Silva habla en radiocable.com de «podredumbre judicial».

Emilio Silva

Para Emilio Silva, lo desvelado es de «extrema gravedad». Centra sus críticas en Conde Pumbido y Zaragoza «contratados por los ciudadanos para defender a las victimas de delitos que hacen precisamente lo extremadamente contrario» y en Fernandez de la Vega que «ha defendido intereses que son ajenos a los de los españoles y bloqueado un proceso judicial». Por ello habla de «traición» y de demostración de la «falta de independencia que hay en el poder judicial».

Ademas denuncia que el sistema judicial en España parece funcionar «al revés»: «quien ha tratado de defender a las víctimas, como en el caso de Garzón, ha sido perseguido por ello y quienes han intentado dañar y obstaculizar los derechos de una víctima están ocupando puestos de responsabilidad». Y pide que dos fiscales y la ex vicepresidenta abandonen su cargos  para acabar en España con la «cultura de la impunidad.»

En la red pueden leerse otras reflexiones y analisis sobre los documentos filtrados por Wikileaks.

Entrada de la Audiencia Nacional

Hugo Martínez Abarca denuncia en su blog que «toda esta basura muestra qué es verdaderamente la Audiencia Nacional. Lejos de ser un tribunal blindado al que van los casos de especial gravedad para evitar presiones (que es la justificación habitual para la existencia de este tribunal especial) es un centro judicial en el que los defensores de los criminales más poderosos departen y colaboran con los fiscales y jueces con máxima normalidad para defender los intereses de los investigados. Es, precisamente, un tribunal especialmente vulnerable a los intereses de Estado por encima de la Ley.»

Juanjo Ibañez considera en El jardín de Bomarzo «si yo fuese Conde-Pumpido hoy estaría pensando qué hacer con mi cargo después de que haya quedado en evidencia que la Justicia es ??influenciable?? en según qué casos.» Cree que esta información golpea al Gobierno español responsable de esa Administración de Justicia «en la línea de flotación» pero defiende que «sería deseable que a nadie se le ocurra hacer política con ésto, por respeto a Couso y a su familia.»

Rosa María Artal en Periscopio habla de bochorno: «Leer los cables, visitas y parabienes del fiscal general del Estado español Cándido Conde Pumpido o del fiscal Javier Zaragoza, y de varios otros,  tan colaboradores para tapar el caso, abochorna. Esas presiones  (y su exitoso resultado) son de muy dudosa legalidad y, desde luego, ponen en solfa la soberanía nacional.»

Javier Mesoneros del blog Moscas en la sopa ironiza «inexplicablemente, son las 10 de la mañana y el Fiscal General del Estado, el Sr. Conde Pumpido y el Fiscal más interesado en sucederle, Javier Zaragoza, no han pensado en la posibilidad de dimitir y dignificar la justicia o a ellos mismos, cuanto menos.»

Joseba Elola en Proyecto C explica que «después de ver los cables, se queda uno con la sensación de que los informes de las Embajadas son de una exhaustividad que a veces da miedo? la información, está claro, es poder, pero, ¿hasta qué punto es necesario que la Embajada de España reciba un cable dedicado a reflejar un informe médico de un alto mandatario del hemisferio oriental que viene de visita a España y del que se dice que es un ??fumador empedernido? y que ??usa Viagra en exceso??»

Ramon Lobo en su blog Aguas internacionales matiza que «para medir la transcendencia de los papeles hay que esperar a conocer más. De las anteriores filtraciones que denunciaban graves crímenes en las guerras de Afganistán e Irak, nada ha quedado. Ni titulares ni debate ni investigaciones. Entraron por una ventana y salieron por otra. Es el precio de una rueda que se mueve demasiado deprisa. El exceso de información no nos hace mejores ni más libres.»

Isaac Rosa en Trabajar cansa advierte: «Filtraciones así tienen un riesgo: que como pasó con las de Irak o Afganistán, pensemos que lo filtrado es todo lo que existe. Un equívoco que sólo serviría para tapar lo que nunca sabremos ??que es mucho más de lo filtrado-, y que además nos crea una ilusión de triunfo de la verdad, de que en la era Internet los ciudadanos acaban ganando al poder y dejándolo con el culo al aire, cosa que está todavía por ver.

Pelayo Barro en Un café en Beirut sostene que el contenido de la filtración muestra que España no es un país importante para Wikielaks: Pese a la foto de las Azores, pese a nuestra participación activa en Afganistán, o pese a que España es un punto estrategico en el mapa del Mediterraneo? nos quedamos con el ??socialismo trasnochado de Zapatero??. Nada más. Wikileaks ha puesto de manifiesto que España, en materia de peso geopolítico global, ??ni pincha ni corta?. Así de claro.»

Iñigo Saenz de Ugarte considera en Guerra eterna que «de todo lo conocido, al menos hasta ahora, lo más grave, en mi opinión, es la petición a los diplomáticos de que faciliten información que no suele estar dentro de sus responsabilidades para facilitársela a los servicios de inteligencia. La diplomacia y el espionaje son dos negociados tan viejos como los estados, con algunos puntos en común pero con diferencias muy importantes. Es algo que sólo en épocas de guerra se suele confundir.»

Argemino Barro en Cafe babel considera que «aparte de la falta de escrúpulos (el espionaje a altos miembros de Naciones Unidas, incluido el secretario general) y los asuntos más graves (las conversaciones con los países árabes sobre una posible invasión de Irán), los informes revelan la obsesiva precisión de la diplomacia estadounidense, una máquina sensible incluso a la mirada y la forma de hablar de quienes toman las decisiones».  Aunque cree que «en España los retratos son bastante anodinos»

ACTUALIZACION

Olga Rodriguez en su blog El minotauro anda suelto asegura que «de momento los papeles de Wikileaks sobre el caso Couso no destapan lo fundamental del mismo. Eso sí, desvelan el manejo de cinismos, hipocresías, dobles raseros y tratos de favor practicados en torno a él. Son la constatación de la pleitesía que se rinde al país más poderoso del mundo.»

Print Friendly, PDF & Email