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Entrevista por Nacho Corredor Solà

Joaquín Calomarde es diputado del Grupo Mixto desde el día 24 de abril. Hasta la fecha y desde el año 2000, Calomarde era diputado del Grupo Popular (PP).

Tras la publicación de un artículo de opinión en EL PAÍS en el que criticaba algunas posturas de su partido (como la política antiterrorista) fue destituido como portavoz adjunto en la Comisión de Educación.

El Partido Popular negó que su destitución del cargo tuviera algo que ver con la publicación del artículo y la achaba a sus ausencias en el Congreso. Ausencias que Calomarde, a su vez, achacó a una enfermedad.
Finalmente, el valenciano dimitió de su cargo como diputado del Grupo Popular y se dio de baja del partido el pasado día 14.

 
Imagino que ya estarás asentado en tu nuevo despacho.

Imaginas mal porque sí que tengo asignado un nuevo escaño, pero no tengo todavía un nuevo despacho. Espero que para el próximo pleno esté el asunto resuelto.

¿Ya te reuniste con Mariano Rajoy y Camps tal y como les pediste en una carta?

No. Solicité una entrevista o una llamada de teléfono de Rajoy o de Camps en los días inmediatamente anteriores a mi decisión de dejar el PP, pero no recibí nunca ninguna llamada y a estas alturas no la espero.
¿Qué relación guardas con el resto de compañeros? Cuando te diste de baja del partido algunos diputados te enviaron correos insultantes.

He recibido siete u ocho llamadas telefónicas muy estimables y algunas especialmente consideradas de compañeros de mi anterior Grupo parlamentario. Otros no se han comportada de esa manera, pero ha dejado de preocuparme. Es un problema que debe afectar a quién se comporta de esa manera.

En Cataluña se dice que cuando hay mucho ruido parece que hay ??una olla de grills?. A veces el Parlamento, y lo has criticado, parece eso: ??una olla de grills?.

Sí, y lo decís muy bien. Espero poder colaborar, en la medida de mis posibilidades en que esto deje de ser así. Tanto el Congreso como el Senado se parecen a una olla de grillos y en algunos momentos faltos de razón y de sentido.

Manuel Chaves decía el otro día que ??el PP no es Le Pen, pero que Le Pen si está en el PP?. ¿Qué tal te parece esta apreciación?

Coincido bastante con lo que apunta. En España no tenemos un partido de extrema derecha, como tiene Francia o Bélgica y no seríamos más felices si lo hubiera, pero esa apreciación de Chaves la comparto. Hay elementos de extrema derecha que están muy infiltrados en el sustrato ideológico y político del PP y es lo que está influyendo en el decurso de la oposición en esta legislatura.

En el PP de Valencia esto se ve claro: los miembros del PP campistas y zaplanistas. ¿Cómo se respira el ambiente en el PP valenciano?

El PP valenciano ha tenido fuertes discusiones desde que Francisco Camps fue elegido presidente del Partido con el llamado sector de Zaplana. Esa polémica la he vivido muy de cerca y al PP en nada le beneficia ese tipo de cosas: ni a Camps, ni a Zaplana, ni a Rajoy, ni al proyecto político que debería desarrollar el PP. Un proyecto de centro-derecha moderado y que en este momento está lejos de poder desarrollar.

¿Volverías al PP si su estrategia cambiara?

No y la respuesta es clara. Después de años de militancia en el PP, en el que siempre he desarrollado las tareas que he podido y dónde siempre he dicho lo mismo?no volvería al PP. Le deseo lo mejor porque ha sido mi Partido, porque es un gran Partido, porque este país necesita grandes partidos políticos que puedan ejercer de Gobierno con total legitimidad, porque lo merecen sus simpatizantes y votantes y porque lo merecen los españoles. Lo que no nos merecemos son estrategias de Partido que lleven a la confrontación y a la discordia civil. La decisión es irrevocable: no volveré al PP.

¿Es sostenible la estrategia del Partido Popular o en las próximas elecciones municipales y autonómicas, o en las generales, se dará cuenta ??por los resultados-, que esta política de crispación y extremista, como la quiera llamar, no es sostenible?

Ya ha habido un pequeño cambio, quizás poco perceptible, con respecto a la política antiterrorista. Se ha bajado el tono del diapasón después de la comparencia de Mariano Rajoy en TVE. Puede parecer poco, pero es indicativo de que hay Elecciones. Personalmente, creo que después de ellas y de sus resultados, el PP tendrá que reorganizar su estrategia de cara a la confrontación que se da en las Generales. Ojalá esa variación del comportamiento de la oposición mayoritaria se produjera. Lo estimo difícil por la correlación de fuerzas internas y externas que colaboran y ayudan a que Rajoy no pueda ni serenar, ni centrar debidamente el Partido, como sería su deseo.

Has hablado de esas fuerzas externas. Iñaki Gabilondo le preguntó en su día a Mariano Rajoy quién dirigía el PP: él o Federico Jiménez Losantos. ¿Quién dirige el PP?

No tengo la menor duda de que el PP está dirigido por Mariano Rajoy. Durante mucho tiempo he sido leal al sr. Rajoy, ya que decía que deseaba un PP centrado y moderado y una oposición serena, prudente y educada. ¡Magnífico!, pensé yo. El PP tiene elementos externos que tú has citado suficientemente que no representan políticamente al propio Partido, pero sí representan las opiniones vertiginosas de esa derecha sociológica, que no suele presentarse a las Elecciones, pero que vive en las estructuras más profundas del PP. Eso le perjudica seriamente y probablemente esté impidiendo que los españoles tengan un centro-derecha.

¿Crees, realmente, que España está crispada?

La sociedad española es una sociedad muy poco crispada y crispadora. Después de 30 años de democracia España es muy abierta, tolerante. Mucho más que su clase política, además, es infinitamente menos radical que los radicales que tratan de subir puntos confrontando a españoles.

Entonces, ¿qué le dirías a, por ejemplo, los periodistas que insisten en que el clima de crispación en España es como el previo a la Guerra civil?

No creo en ello. Sí creo que en momentos estelares, como en las últimas manifestaciones organizadas por el PP, se ha dado pie conscientemente o inconscientemente a que elementos que subyacían de la extrema derecha española volviesen a reaparecer. La sola presencia de estos individuos debería haber bastado para que variase por completo su estrategia de oposición. No lo merecen los españoles.

Joaquín, has sido muy crítico con el trato del Grupo Popular a Pilar Manjón, pusiste el escaño a su disposición y no sé si ha habido respuesta por parte de la sra. Manjón.

Si ha habido alguna respuesta por correo, no lo sé, porque mi situación es inestable hasta que tenga la infraestructura parlamentaria resuelta. La carta que publiqué dirigida a la sra. Manjón respondía a una convicción profunda. Parece razonable que la Asociación de víctimas de ese terrorífico atentado tengan el soporte y el mayor afecto de los diputados y del mundo en general. No parece razonable esta división brutal y mezquina entre las víctimas de ETA y las del 11M, como si unos fuesen de una parte y otros de otra. Es inmoral y demuestra una profunda falta de humanidad.

¿Crees que, como algunos denuncian, el PP está usando algunas asociaciones de víctimas del terrorismo con finalidades partidistas? Le pongo yo nombre. De la AVT se dice que es un brazo político del PP.

Quiero pensar que no porque es una asociación amplísima que recoge miles de víctimas. Algunas personas ligadas directamente a la dirección de la AVT han secundado y han servido y disfrutado siendo utilizadas y utilizables por la estrategia de determinados sectores del PP que en nada beneficia a las víctimas del terrorismo etarra.
Acerca de la presentación de ANV a las Elecciones el Grupo Popular decía que es intolerable y otros defienden su presencia porque al condenar el terrorismo en sus estatutos ya se cumple la Ley de Partidos.
No emitiré ninguna opinión pública mientras ese asunto esté como está en estos momentos. La legalización e ilegalización de partidos políticos corresponde a los Tribunales y nunca al Gobierno, es algo de lo que algunos no se han enterado en España.

¿Al finalizar esta legislatura entrarás en otro Partido o dejarás la política?

(Ríe). Me encanta la política, como a un tonto una tiza, y sé que esto tiene límites. El tiempo dirá lo que tenga que decir al respecto. Si no continúo en política activa, será que no tengo un cargo institucional, y volveré a mi profesión y seguiré colaborando en algún que otro medio de comunicación. No renuncio a la política y desearía que ella no renunciara a mí.

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