Y allí estaba yo, en la cámara acorazada de la sede central del Instituto Cervantes, debatiéndome como una  hormiga entre fotógrafos de cinco metros de altura, y la mirada ausente del poeta. No sé que me pesaba más…
«Juangelmanjuangelmanjuangelman…..», resuena machaconamente en su oído el nombre que siempre lleva a cuestas, quizá con el temor oculto de que se borre a fuerza de repetido. Pero, estoy segura de que Juan Gelman no teme al olvido, ha pactado con él, y «crea» para eso, para olvidar. Debe ser tan grande el peso de sus recuerdos que no necesita el silencio, sino solo eso…, el olvido.
Un inmenso deseo de olvido, es la sensación que me ha producido su gesto cuando ha depositado ese legado, bajo la tapa metálica número 1028 de «La Caja de las Letras» que se abrirá de nuevo el 3/5/2050, fecha de su 120 cumpleaños….¿ Quien sabe…? Aunque el hombre mucho más que poeta llamado Juan Gelman, siento que, lo que desea es dormir CON el olvido… Me lo han dicho sus ojos. ¡Buena suerte, amigo!

«la hueca sombra de bocas para adentro…
Todo eso y todo más que eso está ahí, poesía»

(Mundar. Juan Gelman, Premio Cervantes 2007)

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