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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Para la gente que todavía no entienda por qué ha preocupado tanto a los Internautas la Ley Sinde y su modificación hemos elaborado la «Guía para no perderse en la Revuelta de Internet«, así que no insistiré mucho en este aspecto.

Como se ha dicho allí, no está siendo una protesta gratuita; la Ley creará una gran inseguridad jurídica para cualquiera que tenga un blog o una página web y dificilmente será eficaz para perseguir la mal llamada piratería (tan cambiante y adaptable). Por otra parte dejará un arma peligrosísima para atacar a la libertad de expresión (un simple link a youtube podría ser un argumento legal para cerrar un blog).

Para entenderlo de forma sencilla hay que saber que siempre que se ha denunciado una página con links a películas -o a música-, las sentencias han sido absolutorias, porque enlazar no es delito. Si lo fuera, Internet tendría que desaparecer pues Google o cualquier periódico digital de este país estaría cometiendo un delito tras otro.
Con esa Ley, la industria -que no los autores- está tratando de crear un peligroso atajo saltándose a los jueces, que tan pocas veces les dieron la razón. Es decir, de prosperar, esta ley atacaría la naturaleza de la red, de sus enlaces y desde luego de la democracia.

Es lógico, por tanto, que, como hasta ahora, sea un juez quien estudie caso por caso, garantizando el desarrollo de Internet y el derecho a la legítima y trabajada defensa. Eso produce retrasos procesales que no benefician a ese sector, claro, pero es que la justicia española es garantista, por fortuna..o eso pensábamos. La industria debería dedicar los esfuerzos a buscar soluciones imaginativas en lugar de perder tiempo y energía con soluciones ineficaces y socialmente inquietantes.

Aunque no terminen de creerlo, esto puede tener importantes consecuencias electorales. En términos políticos la operación ha sido nefasta. Colando la Propiedad intelectual de rondón en la Ley de Economía Sostenible, han manchado la Ley al completo. Hoy, poca gente habla de la «Disposición» de Propiedad Intelectual en la Ley de Economía Sostenible… La gente lo resume todo en que la Ley de Economía sostenible es un disparate.  Y el Psoe corre el riesgo de darse cuenta demasiado tarde porque cada día que pasa el daño es mayor. Este nuevo mundo es así -ya lo he dicho otras veces.

Cabe la posibilidad de que los grupos de la oposición traten de apuntarse el tanto -hay negociaciones con todos los grupos para intentarlo- y sean ellos quienes consigan borrar ese aspecto de la Ley, en cuyo caso, el mérito será para otros y el PSOE habrá luchado en una batalla innecesaria, con un daño difícil de cuantificar.

Miles de jóvenes, muchos de ellos entre 16-17 años, futuros votantes, conviven con una realidad al márgen de la que trata de imponer el gobierno con la Ley Sinde y la red se ha movilizado con una gran contundencia. Quizá movilizarse en Internet parezca sencillo, pero créanme: cambiar de papeleta o no acudir a votar lo es igualmente. Hoy, esa sociedad, exige que la Disposición desaparezca, que su voz sea escuchada.

Es verdad que el gobierno está en un callejón complicado.  Corregir la Ley sería desacreditar a la Ministra González-Sinde y no hacerlo… sería despegarse del electorado. En el PSOE creen que abierto el melón como está sería un error cerrarlo para tener que abrirlo posteriormente -como exigirán Europa y los EE.UU-, aunque no es verdad. En Canada y Reino Unido se han abierto importantes debates sobre la materia, incluso con herramientas públicas para que la gente pueda debatir online el tipo de modelo que quiere para su país.

En realidad, aquí, lo que hace falta es que los socialistas mediten en profundidad -y alguno lo ha hecho- qué es la Propiedad Intelectual para ellos.

Alguien debería avisarles de forma urgente de que, lejos de lo que parece, están asumiendo las tesis más ultracapitalistas sobre la propiedad intelectual, los derechos de autor, la cultura, la creación y su difusión entre quienes tienen menos recursos. No hay más que preguntar el nombre de quienes están dirigiendo desde la distancia estas políticas.

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