De la actitud con la que se afronta las épocas de crisis, depende que esta se maximize y termine con peores consecuencias o en cambio se convierta en una oportunidad. Un artículo del que se hace eco Tendencias 21 da una serie de consejos a las personas y sobre todos a las empresas para no dejarse arrastrar por el pánico, mencionando los cuatro errores más comunes y fatales que se suele cometer en estos casos. La idea es que las decisiones desesperadas no lleven precisamente a lo que se quería evitar.


(Foto: Flickr/Alto nivel)

Melanie Warner explica que cuando las empresas empiezan a ver la caída de las ventas y los balances en rojo se dejan llevar por el pánico para estabilizar el negocio y dejan de ver las posibilidades que representa la crisis. Se produce entonces un enfrentamiento entre supervivencia y la capacidad para posicionar el negocio de cara al futuro.

Hay cuatro errores básicos que se debe tratar de evitar a toda costa: generalizar los despidos, reducir demasiado los precios, llevar a cabo una mala comunicación con los trabajadores y la poca tolerancia al sacrificio financiero y la inversión en el corto plazo.

En el caso de los reducciones de personal, Warner cree que pueden ayudar en un momento puntual, pero advierte del riesgo que corre una compañía si crea la imagen de que despide personas continuamente. La principal consecuencia es que se genera inseguridad y desmoralización entre los trabajadores. Cita el caso de Kodak, donde unh directivo que tras multiples expedientes de regulación de empleo en 20 años, los trabajadores estaban resignados a perder su puesto más pronto o más tarde.

En cuanto a reducir los precios, Warner cree que eso genera una percepción de reducción del valor del producto que afecta a la marca a largo plazo. Considera mejor crear más beneficios para el producto y comunicarlos efectivamente. Y en esto de la comunicación también destaca la importancia de hacerlo bien hacia fuera… y hacia dentro. Los empleados deben estar al tanto de la situación real de la empresa para que puedan prepararse y no generar un ambiente de nerviosismo y rumores. Y finalmente se recomienda seguir pensando estrategicamente y no cortar las inversiones que puedan fortalecer la marca en el largo plazo a pesar de que supongan un sacrificio en plena crisis.

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