Es al menos lo que asegura un funcionario británico en la región en unos emails a los que ha tenido acceso la BBC. Son estimaciones de una zona concreta de Afganistán, la de Helmand, donde las tropas internacionales libran una fuerte ofensiva contra la insurgencia y los militantes talibanes. Sin embargo el Ejercito británico cree que hay motivos para dudar de la fiabilidad de la policía afgana -en teoría sus aliados- debido al frecuente uso de drogas entre sus miembros.

 

Un grupo de policias afganos
(Foto: Flickr/Kevinusma)

El Foreing Office admite que «la policía esta mal pagada, hace un trabajo de alto riego y ha sido mal entrenada. Hay altos niveles de corrupción en la policía, asi como uso de drogas». Una situación complicada para el Gobierno británico que asegura que una de sus prioridades en Afganitán es la política anti-narcóticos. De hecho fuerzas inglesas y afganas acaban de confiscar 59 millones de euros en drogas en una operacion conjnta.

El dotar a Afganistán de unas fuerzas de seguridad propias con garantías es una parte fundamental de la estrategia occidental para tratr de estabilizar la zona. Pero el esfuerzo se esta encontrando con el gran problema de las drogas. El gobernador de Helmand -donde se produce casi dos tercios de todo el opio mundial- reconoce el problema y asegura que estan despidiendo a agentes que no superan los controles antidroga.

Sin embargo el problema es profundo. Segun Abdul Ghafoor, director del centro regional de estudios de Afganistán la policía está siempre amenaza por los talibanes. Para escapar de la presión sicológica recurren a las drogas. En otras provincias tambien existe el problema. En las pruebas de droga de EEUU a 5.320 reclutas y policías de todo el país, se determinó que el 16% había consumido alguna sustancia. Y en la provincia de Kandahar, el porcentaje subió al 38%.

Hace un año un reportaje de VBS.TV con el periodista Ben Anderson de la BBC ya mostró el impacto de las drogas sobre las tropas nacionales afganas. Los soldados fuman marihuana, incluso poco antes de entrar en combate. Grabaron, incluso, a uno de ellos entrando tranquilamente de lleno en la línea de fuego de un tiroteo y riéndose al comprobar que una bala le había golpeado en el arma.

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