Según el libro «Putin´s Kleptocracy» de Karen Dawisha el actual presidente ruso realizó en 1999 un viaje «clandestino» a España en barco desde Gibraltar eludiendo el control de pasaportes. Vladimir Putin se habría reunido con Boris Berezovsky y otros oligarcas rusos que habían adquirido viviendas en la Costa del Sol y que eran investigados por la policía española.

(Foto: Flickr/Worldeconomicforum)

Cuando sucedió esta visita «ilegal» -según el libro hubo más de una- Putin era el director del Servicio Federal de Seguridad, sucesor de la KGB. Aunque en agosto de ese mismo 1999, se convirtió en primer ministro y pocos meses después, tras la dimisión de Boris Yeltsin el 31 de diciembre, en presidente interino del país. Luego ganaría las elecciones de marzo de 2000, dando inicio a su larga etapa dirigiendo los designios de Rusia.

Karen Dawisha no da detalles de qué temas se trataron en las reuniones en España, pero apunta que pudieron estar ligadas a la constructora rusa Twentieth Trust, vinculada con Putin. Esta compañía habría recibido dinero del Ayuntamiento de San Petersburgo, que Vladimir Putin gobernó entre 1990 y 1996,  y, según denunciaron medios rusos como Novaya Gazeta, sacado los fondos del país y comprado propiedades en España. Esta actividad habría levantado sospechas entre la policía española.

De hecho las autoridades españolas supieron de la visita clandestina de Putin porque empezaron a monitorizar a Boris Berezovsky y otros oligarcas rusos que tenían casas en España. En 1999, registraron, para su sorpresa, la presencia de Putin que habría llegado en secreto por barco desde Gibraltar.

El libro de Karen Dawish, que es profesora en la Universidad de Miami y directora del Havighurst Center for Russian and Post-Soviet Studies, defiende la tesis de que Putin y su círculo desarrollaron desde el principio una estrategia para crear un régimen autoritario dirigido por fieles y que se apoyó en el crimen organizado. Sus revelaciones provocaron que la Cambridge University Press que inicialmente iba a publicar la obra se echará atrás por considerar que el riesgo legal del libro era «demasiado grande». Al final ha sido una editorial de EEUU quien ha publicado «Putin Kleptocracy».

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