«Sandra, una mujer maltratada  cuyos dos hijos han sido víctimas de abusos sexuales por parte de su padre y de su abuelo, vive con el temor no sólo de una nueva agresión sino también de la conclusión de las ayudas sociales, por culpa de la cura de austeridad que está imponiendo el gobierno en España».

 


(Foto: flickr/Mcnolete)

 

«El Gobierno conservador se defiende pero las asociaciones de protección de la mujer y la oposición socialista denuncian las reducciones presupuestarias que amenazan el modelo español, país pionero en Europa, en materia de lucha contra la violencia doméstica».

«Antes, mis tres niños podían comer la comida que se sirve en el comedor escolar, pero el año pasado, nos han suprimido las becas para el almuerzo y para los libros, lamenta Sandra Soto de Lara, 33 años, que vive, con sus niños de 3, 7 y 9 años, en Colmenar Viejo, una localidad al norte de Madrid, en casa de su madre, Lola».

«Entre madre e hija, suman 800 euros de ingresos al mes: 400, de subsidio social para Lola como desempleada y 400 para Sandra, como ayuda por ser víctima del maltrato. Como ya le sucedió a su madre antes que a ella y cientos de miles de mujeres más, Sandra vivió el infierno de la violencia pero decidió luchar. Su marido, víctima a su vez, de abusos en la infancia, acaba de ser condenado».

«Las leyes de 2005 y 2009 conviertieron a España en uno de los países punteros en la protección de la mujer, con la creación de teléfonos rojos, los tribunales especializados y el brazalete electrónico, copiado después  por Francia, Italia o la Gran Bretaña». Pero algo está cambiando, «según denuncian diversas asociaciones, el programa para la Prevención de la violencia conyugal contempla para 2014 un presupuesto de 21,8 millones de euros, un 22,5% menos en comparación con el de 2008″.

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