El periódico EL MUNDO -en el suplemento Yo Dona- publica un artículo sobre la moda en Second Life. El texto comienza diciendo: «ha tardado en llegar pero ha llegado», -lo que no es muy exacto.

La ropa para los avatares es y ha sido siempre una de las principales fuentes de ingreso en Second Life y un aspecto fundamental de este mundo virtual. Los avatares, desde el principio de los tiempos digitales, persiguen la estética porque aquí se ha convertido en la primera y más sencilla forma de romper el hielo. Quizá las marcas populares haya tardado algo más en entrar, pero dentro de Second Life ya existían otras muy, pero que muy conocidas para los avatares. No subestimemos unas marcas que, aún siendo menos conocidas, se han convertido aquí en auténticos iconos, creciendo en importancia de forma firme aunque sigilosa. En todo caso el artículo contiene pasajes muy interesantes:

Al igual que Belstaff, Dior o Bershka, del grupo Inditex, también han abierto sus puertas en Second Life. Belladona Island es un fantasioso emplazamiento donde, desde hace muy poco, se encuentra una de las tiendas Dior. Sus joyas, como rocas gigantes, aparecen esparcidas por toda la isla. El espacio, que no deja de ser un mero filón enfocado a la publicidad de la marca, cuesta 195 dólares al mes en concepto de alquiler.

Coincidiendo con la celebración de la feria Bread& Butter en Barcelona, la marca francesa Chevignon celebró el pasado mes de junio la primera ‘fashion party’ virtual de una firma de moda.

Print Friendly, PDF & Email